Destruida tras sufrir un secuestro de año y medio

Madrid- Petronila V., de 26 años, llenó su maleta de sueños, dejó atrás a su familia y salió de su Paraguay natal para venir a España con Lorenzo M.N., de 33 años, el que parecía el hombre de su vida. Lo que la joven no sabía es que iniciaba un viaje hacia el infierno.

El pasado jueves 4 de noviembre, cuatro años después de dejar a sus seres queridos, fue rescatada por la Policía al borde de la muerte en la localidad ciudadrealeña de Moral de Calatrava. Los agentes encontraron a Petronila en estado crítico, llevaba varias semanas sin ingerir ningún tipo de alimento ni bebida. La vivienda, una casa baja unifamiliar arrendada por su pareja, era inhabitable. La basura y los alimentos descompuestos hacían el ambiente irrespirable.

Lorenzo llevaba una vida aparentemente normal. Trabajaba en una empresa de construcción hasta que una reestructuración le dejó en la calle. Después de trabajar para el Ayuntamiento de Moral de Calatrava volvió hace dos meses a las listas del INEM. El detenido llevaba una doble vida: tras quedarse en paro volvió a casa de sus padres y pagaba el alquiler de la casa en la que presuntamente mantenía a la víctima.

El alcalde de la localidad, José María Molina, explicó a LA RAZÓN, que «el chico nunca había tenido problemas. Ni la familia, ni el dueño del piso, sabían lo que estaba pasando». «Los vecinos llevaban año y medio sin ver a Petronila y cuando le preguntaban por ella a Lorenzo decía que estaba indispuesta o que había vuelto a casa», afirmó.

La investigación se inició tras una denuncia interpuesta ante las autoridades paraguayas por un hermano de la víctima que perdió contacto con ella un año después de su llegada a España. Ni el consulado ni la embajada ni las administraciones españolas tenían noticias de ella. Por ello, los investigadores se centraron en su pareja, descubrieron lo que ocurría y procedieron a su detención.

Sin prisión provisional
Finalmente ayer fue puesto en libertad por el titular del Juzgado número 2 de Valdepeñas ante la falta de «indicios suficientes» de delito, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha en un comunicado. El documento añade que Ministerio Fiscal tampoco solicitó la celebración de comparecencia sobre prisión provisional.

En cuanto a la víctima, los 18 meses de encierro han deteriorado mucho su salud mental y su personalidad ha quedado prácticamente destruida. De momento, continúa ingresada en el Hospital General de Ciudad Real y la evolución de su estado físico es bueno.