Crisis del PSOE

Chacón desbanca a Rubalcaba por su gestión en la crisis de los controladores

El pasado viernes España vivió una de sus peores jornadas. Los controladores aéreos pusieron en jaque al Gobierno con una huelga salvaje que muy pocos advirtieron, salvo los miembros del Ejecutivo que ya estaban sobre aviso.

 
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Y quizás fue ese conocimiento previo el que desembocó en la aprobación de un real decreto que ponía contra las cuerdas a los controladores y provocaba su airada respuesta. La respuesta del gabinete de Rodríguez Zapatero estaba clara desde un principio, en concreto, desde agosto, cuando el ministro de Fomento, José Blanco anunció que los controladores militares estaban preparados para intervenir en caso necesario.

La amenaza estaba presente, y no dudaron en llevarlo a la práctica. Los encargados de tomar las riendas de la situación fueron los ya habituales: el vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el incansable Blanco, que parece tener algo personal contra los controladores. Junto a ellos se encontraba la ministra de Defensa, Carme Chacón. En ningún momento, salvo los estrictamente necesarios, se nombró al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Tan sólo cuando fue imprescindible su rúbrica en el real decreto del viernes, que ponía bajo el mando de Defensa los centros de control aéreos civiles. Y no volvió a saberse nada del jefe del Ejecutivo hasta que anunció que comparecería mañana en el Congreso.

Así las cosas, la gente parece tener claro quién ha estado al frente de la gestión de esta crisis aérea. Ninguno de los cuatro dirigentes socialistas mencionados, incluido el propio presidente, consiguen el visto bueno de los ciudadanos. La única que roza el aprobado, con un 4,6 de nota, es Chacón.

En un segundo plano
La explicación reside en su perfil bajo, o lo que es lo mismo, en su acatamiento de cuantas órdenes le llegaban desde arriba. Pese a estar en un segundo plano, la ministra dio la cara en todo momento, ya que su ministerio era el que más cartas en el asunto tomaría con el devenir de los acontecimientos. Le sigue Rubalcaba, con 4,1 puntos. Una nota que refleja que sigue contando con el apoyo de los ciudadanos, que le siguen viendo como la imagen del Gobierno en estos momentos. En tercer lugar se sitúa Blanco, con un 3,8 de nota. Aquí la opinión pública está muy dividida, como pudo verse el Día de la Constitución en las puertas del Congreso. Obtuvo tantos aplausos como silbidos. En último lugar, Rodríguez Zapatero, con la peor nota (3,5), pagó por su injustificada ausencia durante esta crisis y se llevó todos los abucheos.