Elecciones

Encuestas y fotos

La Razón
La RazónLa Razón

Para desesperación de sus votantes, Rajoy ha decidido sentarse en el patio de Génova a sestear bajo un laurel, hasta ver pasar el cadáver de Zapatero. Desde que ha vuelto del veraneo se ha puesto el traje de presidente, sólo para dar discursos... y a esperar. Que sean otros los que se peguen. El papel de los mandobles está para Soraya, Cospedal y Pons. El suyo –piensa– ya ha de ser más elevado, porque es la alternativa. De ser cierto que la oposición no gana elecciones, sino que es el Gobierno quien las pierde, Rajoy estaría también en lo cierto. Aunque su actitud desespere. Bajo el laurel tiene menos riesgos, y la descomposición de Zapatero será solo cuestión de tiempo.
Esto es, al menos, lo que cada vez apuntan más claramente las encuestas. Ayer Antena 3 y Onda Cero revelaban el último y demoledor barómetro, según el cual el PP obtendría el 44,6 % de los votos, una décima más de lo que obtuvo Aznar con su mayoría absoluta en el año 2000. Y el PSOE caería hasta el 31,1 %, su segundo peor registro en democracia, nada menos que 3,9 puntos menos que los que obtuvo Almunia, en aquella debacle de ese mismo año, y apenas un punto por encima del 30 % de los votos y 118 diputados que obtuvo en las elecciones Constituyentes del 77.
La encuesta ha sembrado de preocupación la sede socialista de Ferraz. Por menos de eso, la Vicepresidenta de la Vega ha cesado a la directora del CIS, por no forzar un sondeo que diera mejores resultados que los que arrojó: 6 puntos de diferencia a favor del PP, la mayor horquilla que ha dado el CIS desde que gobierna Zapatero.
Estamos, pues, ante momentos dramáticos. De creernos las encuestas, estaríamos asistiendo a los últimos estertores a modo de bandazos del zapaterismo. Lo cierto es que Zapatero, Blanco y Rubalcaba sí creen en los sondeos, porque si no, cómo explicar su apuesta por Trini en función de las encuestas. Siguiendo este argumento, Zapatero no debería ser el próximo candidato del PSOE. Zapatero debería renunciar a presentarse, como él mismo pidió a Tomás Gómez, en beneficio del partido y de las expectativas electorales.
El desasosiego corre por Moncloa y por Ferraz. Entre esas moquetas se ve a Rubalcaba y a Chacón dispuestos a encabezar la alternativa socialista si Zapatero no se presenta en 2012, lo que sacudiría a Rajoy de su letargo. Una hipótesis nada probable conociendo al personaje. Entre la contradicción de presentar a Trini por las encuestas, y la de retirarse él mismo, también por las encuestas, pensará que huir es de cobardes. Aunque la música cada vez es más reiteradamente machacona: en los tiempos de los mass media y del marketing, la política está condicionada. Ya lo dijo Nixon: «En la era de las encuestas y la televisión, Lincoln nunca hubiera ganado una elección». Zapatero ganó con encuestas, televisión, talante y sonrisa. Veremos si ahora las fotos –lo más importante como dice él–, le ayudan a remontar este vuelo rasante.