París
La OCDE avisa: la recuperación ha empezado a tocar techo
La salida de la crisis será más difícil de lo previsto inicialmente para algunos países, si bien otros que podría decirse que ya la han dejado atrás no lo tendrán fácil para continuar creciendo en un futuro próximo, según se desprende del último indicador compuesto avanzado divulgado ayer en París por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), correspondientes al pasado mes de agosto.
El indicador compuesto del organismo –CLI en sus siglas en inglés– establece la pauta que presumiblemente seguirán en un periodo de seis meses las economías de los treinta países desarrollados y los seis emergentes que forman parte de la organización y que componen el índice.
Punto de inflexión
La organización señala que ha comenzado a observar un reforzamiento de la ralentización de la expansión económica en los países miembros de la OCDE, así como en los principales países emergentes del mundo. Así, el organismo constata la existencia de «fuertes signos» de que la recuperación económica ha tocado techo, sobre la base del indicador compuesto para el conjunto de la OCDE, que descendió en agosto por tercer mes consecutivo.
La bajada –siete centésimas, frente a las ocho registradas en julio y las cinco del mes anterior– situó el indicador en 102,91 puntos, todavía por encima del nivel cien que marca la diferencia entre el crecimiento económico y la recesión.
De esta forma, las previsiones de la organización auguran un punto de inflexión en el ritmo de la recuperación económica mundial para dentro de seis meses desde agosto, es decir, a comienzos del próximo año. El indicador del conjunto de la OCDE, que apuntaba la salida de la crisis hace aproximadamente un año, registró así el pasado mes de mayo su máximo desde que dejase atrás la recesión, mes desde el cual no ha dejado de caer, si bien en términos muy poco representativos, casi inapreciables.
A la vista de la evolución registrada en agosto, países como Reino Unido, Italia, Francia, Estados Unidos o Canadá, dentro de los países desarrollados, y Brasil, China e India, entre los países emergentes, observan cómo el indicador compuesto avanzado referente a sus economías refleja una tendencia a la baja en torno a las perspectivas de expansión económica para dentro de seis meses.
En el polo opuesto se sitúan Alemania, Japón, Rusia y la propia España, que registró un avance de cuatro centésimas en el mes de agosto, hasta alcanzar los 103,94 puntos. Así, la economía española se encuentra por tercer mes consecutivo ligeramente por encima del indicador de la zona euro, que retrocedió cuatro centésimas en agosto.
Con estas previsiones, la economía española puede volver a mirar con un ligero optimismo de cara al año 2011, pues todavía tendría cierto margen de maniobra para mejorar. En línea con este indicador se expresó ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien aseguró que nuestro país tiene «garantizado» un futuro de crecimiento económico que se producirá «con fuerza» tras hacer las reformas que sean necesarias.
El responsable de bonos y deuda pública de la OCDE, Hans Blommestein, acusó a los mercados de exagerar el riesgo soberano en la eurozona, en declaraciones al diario «Financial Times». El directivo criticó el comportamiento de los inversores, que ha provocado fuertes oscilaciones en la rentabilidad de los bonos de Grecia, Irlanda, Portugal y España.
«Los inversores en deuda pública de los países de la zona euro actúan obedeciendo instintos animales a la hora de juzgar los riesgos reales de impago, lo que podría provocar que los mercados fuercen a los países más débiles a incurrir en recortes presupuestarios excesivos», afirmó.
Un consejero alemán del BCE pide subir los tipos
El consejero alemán del Banco Central Europeo (BCE), Juergen Stark, defendió que la institución debe comenzar a considerar la posibilidad de subir los tipos de interés y mostró su preocupación ante la posibilidad de que mantenerlos en unos niveles tan bajos pueda fomentar la inflación. «Somos conscientes de que mantener una política monetaria acomodaticia durante demasiado tiempo puede suponer graves riesgos para nuestra economía y, en última instancia, para la estabilidad de precios en el medio plazo», aseguró Stark en una entrevista concedida a «Emerging Markets». En este sentido, recalcó que es esencial que el BCE se asegure de que las medidas extraordinarias que se han tomado para hacer frente a la crisis no «siembren las semillas de nuevos desequilibrios o excesos». Para evitarlo, afirmó que los tipos de interés y las provisiones de liquidez se ajustarán de forma «apropiada y oportuna». Stark, al que la publicación define como uno de los miembros del consejo «más agresivos», cree que las tasas de inflación se mantendrán moderadas en general, pero subraya que los riesgos de que esto no ocurra «se están desviando ligeramente al alza».
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