Estados Unidos

Durban una cumbre del clima con malos humos

La nula voluntad de los países marca la cita que arranca hoy

Los gases de efecto invernadero también son una asignatura pendiente en Suráfrica, país que acoge la cumbre
Los gases de efecto invernadero también son una asignatura pendiente en Suráfrica, país que acoge la cumbrelarazon

MADRID- Sumida en un ambiente de reticencias y falta de compromiso por parte de las grandes potencias económicas arranca hoy en Durban (Suráfrica) la cumbre sobre el cambio climático organizada por Naciones Unidas.
La renovación hasta el año 2020 del incumplido Protocolo de Kyoto y la búsqueda de soluciones para frenar el calentamiento global son los dos temas candentes que se pondrán sobre la mesa de negociaciones, en la que participarán hasta el próximo 9 de diciembre delegaciones de 195 países.
Un año más, el acuerdo entre los principales países contaminantes vuelve a estar lejos de rubricarse. Las posturas de unos y otros se mantienen alejadas y el escepticismo reina en la previa de esta conferencia de Durban.
Estados Unidos acude con la intención de no firmar ningún acuerdo que limite sus emisiones de gases contaminantes y en la misma línea se mueve China, que no va a aceptar un pacto vinculante con su más directo rival. Estas negativas de las dos grandes potencias mundiales repercuten en las decisiones que tomen países como Canadá, Rusia y Japón, que han señalado que ellos tampoco sellarán este protocolo si Estados Unidos y China no se involucran en estas conciencias ecológicas.
Con una predisposición mucho más amistosa acuden a la cita de Durban la Unión Europea, los países emergentes y el bloque africano. Los primeros son los más interesados en renovar Kyoto hasta 2020 y ya han trazado un guión para que lo firmen las principales economías y abarque el cien por cien de las emisiones de gases de efecto invernadero. Las intenciones de África y los países emergentes son similares. Exigen renovar los pactos, pero sostienen que deben ser los desarrollados quienes realicen el mayor esfuerzo. Así, estas cumbres se convierten en una pescadilla que se muerde la cola y los acuerdos firmados nunca llegan a buen puerto.