Barcelona
la calle Inteligente de Sant Cugat del vallès
Sant Cugat del Vallès, en Cataluña, pretende convertirse en el año 2020 en un ciudad inteligente. Y una calle inteligente ya tienen, César Marinell, lo que les ha valido ser uno de los nominados de la Semana Europea de la Energía Sostenible, organizada por la Comisión Europea. En concreto, gracias a diversos proyectos puestos en marcha por empresas privadas y por el personal técnico del Ayuntamiento se ha logrado, por ejemplo, que en esta calle los ciudadanos puedan buscar de forma rápida un plaza de aparcamiento al aire libre, gracias a los sensores instalados en el suelo.
«En vez de funcionar por infrarrojos como los parking cerrados, tienen un sensor ferromagnético que detecta la presencia del hierro del motor», explica a este semanario Jordi Puigneró, teniente de alcalde de Gobernación, Seguridad, Movilidad y Tecnología del Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallès.
parking libre
Además, han instalado compactadores de basura que funcionan con energía solar, lo que permite reducir la frecuencia de recolección. Asimismo, se han instalado sensores que permiten realizar un seguimiento de la temperatura y humedad con el fin de saber cuándo es el momento idóneo para el riego de las zonas verdes y de este modo ahorrar agua. «Al medir la humedad, los sensores permiten saber si mañana va a llover y así no regar», precisa Puigneró. Pero quizá «uno de los mayores ahorros conseguidos hasta la fecha ha sido en iluminación, donde hemos conseguido más de un 40 por ciento de ahorro en estos seis meses. En las zonas peatonales se han instalado sensores de movimiento cuya intesidad baja, no se apaga, cuando no hay gente por la calle. Además, a medida que va oscureciendo el nivel de intensidad sube si pasan peatones», avanza el teniente de alcalde.
Gracias a éstas y otras medidas, el Ayuntamiento de Sant Cugat logra también ahorros de costes significativos, al reducir el consumo de luz y agua. Aunque los resultados no se sabrán hasta la segunda edición del Congreso Smart City, que tendrá lugar entre octubre y noviembre en Barcelona.
Y todo ello «por un coste cero, ya que han sido las empresas interesadas, todas ellas catalanas, las que han instalado su tecnología sin pedir nada a cambio, mientras el Ayuntamiento se ha encargado de poner los técnicos y la mano de obra», precisa Puigneró. Así, mientras esta calle sirve de laboratorio para que las empresas prueben sus tecnologías, los ciudadanos las disfrutan. De modo que aquí ganan todos. De hecho, desde que se plasmó esta iniciativa han sido varias las empresas que han querido unirse. Una de ellas, ha sido una compañía que está probando una tecnología «que, cuando pasa alguien por un paso de cebra, se encienden las luminarias LED, mejorando así la seguridad por la noche», añade.
Pero los beneficios no acaban ahí. Según un estudio, si los vehículos que circulan por el centro de Sant Cugat buscando una plaza de aparcamiento disminuyeran su ratio de búsqueda en sólo dos minutos, se evitaría la emisión a la atmósfera de 776.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año.
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