China
La Fura del infierno al cielo
De Gluck. Intérpretes: Anita Rachvelishvili, Maite Alberola y Auxiliadora Toledano. Director Musical: Gordan Nikolic. Director de escena: Carlus Padrissa. Peralada, 29-VII-2011
El único título escenificado de esta vigesimoquinta edición del Festival de Peralada no dejó indiferente a nadie, gracias a una interesantísima producción de La Fura dels Baus. Si un certamen de verano tiene por principio ofrecer espectáculos innovadores o diferentes a los que se ven en una temporada normal de teatro de ópera, en esta ocasión se ha conseguido con creces. La Fura trabaja desde hace años por modernizar y actualizar la tradición lírica, lo que unido a una formación musical tan extraordinaria como BandArt, dan un resultado excepcional.
La producción de este «Orfeo» está sumergida en una atmósfera opresiva y rural del románico catalán en la que se pueden apreciar diversas imágenes del claustro y espacios románicos de Peralada junto con visiones de un infierno salpicado con los grandes horrores del siglo XX y en el que se incluyen las hambrunas africanas, los crematorios nazis y la revolución estudiantil en China.
Una sencilla pero eficaz estructura de madera inclinada, con habitáculos abatibles para los músicos y una gran pared con ventanucos y puertas laterales sirvió eficazmente para desarrollar toda la imaginación de La Fura y de Carlus Padrissa, eso sí, con numerosas y excepcionales proyecciones, así como con una excelente iluminación.
Tres grandes mujeres
El vestuario quizá fue el apartado menos acertado, en especial el de los músicos, interesante, pero muy poco estilizado. Desde el punto de vista musical destacar la labor excepcional de BandArt, por la calidad de sus intérpretes, la excelente empatía y su gran rendimiento como parte fundamental de la escena y de la trama que viven los músicos como si se trata de otros actores más de la producción bajo la atenta supervisión de Gordan Nikolic.
El trío de protagonistas estaba encabezado por el extenso rol de Orfeo a cargo de la mezzosoprano georgiana Anita Rachvelishvili, una joven intérprete de voz importante y cuidados medios vocales que hubo de lidiar con gran eficiencia con este extensísimo rol protagonista, pero a la que le faltó una mayor naturalidad interpretativa. Maite Alberola fue una Eurídice de fácil proyección y cuidada musicalidad y Auxiliadora Toledano resultó una magnífica Amor, aun que fue doblada por una actriz en sus paseos acrobáticos por encima del público y el escenario.
Fantástica la labor realizada por el Coro de Cámara del Palau de la Música Catalana que dirige Jordi Casas. Un nuevo espectáculo de La Fura potente e interactivo que va sorprendiendo al espectador. A pesar de que a una parte del público le pareció un tanto excesivo, aunque muchos otros disfrutamos con gran interés.
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