Pacientes
Tratamiento integral de las cardiopatías congénitas Desde el recién nacido hasta el adulto
El 95 por ciento de los niños operados en los últimos años van a llegar a la madurez con una buena calidad de vida
Prácticamente uno de cada cien recién nacidos vivos padecerá una cardiopatía congénita. Son las malformaciones congénitas mayores más frecuentes, lesiones de una o varias cámaras cardíacas, tabiques o válvulas que las separan, de las venas que llegan al corazón o de las arterias que nacen del mismo. El origen puede ser por numerosos factores, pero en la mayoría de los casos la causa es desconocida. Las alteraciones cromosómicas apenas explican un diez por ciento de los casos.
El riesgo de descendencia con cardiopatía congénita se eleva al 2-3 por ciento si se tiene un familiar directo afectado, y es algo mayor si uno de los progenitores tiene una cardiopatía congénita. En España, nacen unos 5.000 niños al año con estas malformaciones, 2.000 de ellos necesitarán una intervención (quirúrgica o mediante cateterismo) en su primer año de vida.
Cuanto más grave es la malformación antes produce síntomas, incluso a las pocas horas de nacer. Algunas pueden observarse en la gestación, cuando se está formando el aparato circulatorio. Con la ecocardiografía se puede lograr el diagnóstico, incluso antes del parto. Es una técnica que no tiene peligro para el feto ni para la madre. "La embarazada debe someterse a una ecocardiografía fetal si existen antecedentes familiares de cardiopatías, de diabetes mellitus, enfermedades reumáticas maternas, si ha tenido embarazos múltiples o si recibe ciertos tratamientos. Casi siempre, estos casos son referidos por el obstetra especialista en fisiopatología fetal"señala el doctor Federico Gutiérrez-Larraya, cardiólogo intervencionista, que dirige la Unidad de Cardiología Pediátrica del Hospital Ruber Internacional.
El hallazgo de una malformación cardíaca en el embarazo permite preparar el parto y la asistencia inmediata para minimizar complicaciones. Las cardiopatías que causan síntomas hemodinámicos son las que se diagnostican más precozmente. Los síntomas pueden ser por insuficiencia cardíaca (niño sudoroso y fatigado), cianosis (color azul). En casos graves puede aparecer bajo peso del recién nacido, insuficiencia cardiaca e incluso colapso cardiovascular.
Hoy, la cirugía cardíaca puede tratar las cardiopatías congénitas. Su objetivo es mejorar la calidad de vida del niño intentando restaurar la anatomía y fisiología, "pero el niño ha de crecer; por eso, a diferencia de lo que ocurre en la cirugía de adultos, será necesario evitar prótesis que en algunos casos conducirían a reintervenciones durante la adolescencia o la vida adulta", señala el doctor Ángel Aroca, jefe de la Unidad de Cirugía Cardíaca Infantil del Hospital Ruber Internacional. "La historia natural de las cardiopatías congénitas ha sido modificada por la cirugía, logrando que la mayoría de pacientes alcance la madurez con una buena calidad de vida", añade el especialista,.
Este es el caso de la situación Fallot, un grupo frecuente de cardiopatías que producen cianosis y que suponen el diez por ciento del total; si no son intervenidos, la mitad de estos niños fallece en el primer año de vida; de los operados hace 30 o 40 años más del 85 por ciento han llegado a adultos. Gracias a las mejoras de la técnica quirúrgica el 95 por ciento de los operados en los últimos años llegará a la madurez con una buena calidad de vida. "Sin embargo –explica el doctor Aroca– esta mejoría de la supervivencia va pareja a problemas, hasta ahora desconocidos, inherentes a la técnica quirúrgica empleada, por lo que pueden ser precisas reoperaciones o cateterismos intervencionistas de adultos. Salvo las formas simples de cardiopatías, que son susceptibles de alta definitiva tras su reparación infantil, la mayoría de pacientes precisarán revisiones cardiológicas de por vida"
Equipos
Cuando nace un niño con cardiopatía congénita, se proporciona asistencia inmediata para minimizar complicaciones. Ello implica una labor sincronizada de un equipo de obstetras, neonatólogos, anestesistas, cardiólogos y cirujanos cardíacos especializados en el tratamiento de cardiopatías congénitas. "El objetivo es hacer del niño enfermo un adulto sano. Si no es posible, proporcionarle la mayor cantidad con la mejor calidad de vida posible", comentan los doctores.
En el Hospital Ruber Internacional se ofrece tratamiento quirúrgico a los cardiópatas congénitas, desde el nacimiento hasta los 14 años, y después de esta edad, ya a los adolescentes y adultos, de forma coordinada con la Unidad de Cirugía Cardíaca de Adultos del hospital.
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