Rubalcaba y Blanco sin vacaciones por el Estado de Alarma y ETA

La crisis económica, de intensidad y duración aún difícil de predecir, obligará al jefe del Gobierno, empujado por Bruselas, a adoptar reformas estructurales en las próximas semanas que de otra manera sería incapaz de decidir. Para el presidente, «la responsabilidad se impone sobre los ideales», con cinco millones de parados y los mercados acosando a España. Por eso promete que no le temblará la mano, aunque los electores no se lo perdonen en las urnas y la inquietud se extienda como la pólvora en el PSOE. Por si fuera poco, el escenario político del momento se completa y complica con la prolongación del Estado de Alarma, que permanecerá, en principio, activo hasta el próximo 15 de enero, después del pulso echado al Ejecutivo y perdido por los controladores.

Por eso Zapatero pasará la Nochebuena y la Navidad en familia en el Palacio de La Moncloa. Sólo «se ha despejado» sin fijar en el calendario compromisos públicos los días 28 y 29 de diciembre. «Son jornadas que dedicará a reflexionar», aseguran en La Moncloa. A la vuelta de la esquina le esperan duros retos que afrontar, como la reforma del sistema público de pensiones, que le pueden costar su segunda huelga general en pocos meses.

Al día siguiente, el 30 de diciembre, presidirá la reunión del Consejo de Ministros anticipada 24 horas por la Nochevieja. Por el momento, en su agenda figura ese día su tradicional comparecencia ante los medios de comunicación de final del semestre. Recién instalado en La Moncloa, se comprometió en 2004 a celebrar una rueda de prensa de formato abierto y sin límite de tiempo al final de cada seis meses y hasta la fecha ha cumplido con su palabra.

Aunque Zapatero permanecerá en Madrid, su presencia no se debe a la declaración del Estado de Alarma, decretado el pasado 4 de diciembre por primera vez en la democracia. Fuentes del Gobierno consideran que es una figura «normal», similar a la del Estado de Emergencia de otros países europeos, que no requiere del desarrollo de mecanismos especiales durante su aplicación. Como botón de muestra, recuerdan el hecho de que el Ejecutivo pueda decidir su declaración, sin mayores complicaciones y sin el visto bueno del Parlamento, requisito necesario para su prórroga. De esta manera, justifican, en parte, fuentes gubernamentales que fuera Rubalcaba y no Zapatero quien explicará su aprobación el 4 de diciembre.

Pese a que el Gobierno mantendrá, como todos los años, su actividad con normalidad durante estas Navidades, los titulares de Fomento y del Interior «no bajarán la guardia» para curarse en salud frente a cualquier imprevisto que pueda surgir.

El tráfico aéreo funciona con absoluta normalidad y se están adoptando las medidas oportunas para regularizar la situación cuanto antes. Sin embargo, el Ejecutivo «no se fía y permanecerá atento al más mínimo movimiento» de los controladores, puntualizan fuentes gubernamentales. De hecho, José Blanco, «poco dado a disfrutar de vacaciones», viajará a su tierra natal, Galicia, sólo para pasar en familia la Nochebuena y la Navidad. Su agenda está repleta de actos durante toda la próxima semana, incluido el martes un viaje oficial a Málaga.

Con la vista puesta en ETA
Además, esta época del año es un período complicado para Fomento, en el que la meteorología suele jugar malas pasadas, que hay que prever. Algo parecido le ocurre al vicepresidente primero. Al igual que Blanco, Alfredo Pérez Rubalcaba es de los políticos que prolongan sus jornadas laborales incluso en vacaciones. De hecho, el ministro del Interior permaneció prácticamente el mes de agosto con la agenda repleta de compromisos, como su visita a Marruecos para solucionar el penúltimo incidente con el país alauí.

Además, el vicepresidente estará ojo avizor estas Navidades a un eventual comunicado de la organización terrorista ETA, en el que profundizará en sus dos anteriores declaraciones de tregua. La banda etarra podría dar a conocer este nuevo comunicado, el tercero de los últimos meses, en los próximos días, según confirmaron a LA RAZÓN fuentes solventes.

Rubalcaba ya ha advertido de que lo único que espera de los terroristas es la entrega de las armas y su renuncia definitiva a la violencia. Sin embargo, ETA podría declarar un alto el fuego permanente y verificable. Pese a ello, el Ejecutivo no descarta, aunque sin excesivas esperanzas, que la organización de un paso más. De hecho, en función del comunicado así será la intensidad de la respuesta del Gobierno. En cualquier caso, el Ejecutivo cierra la puerta a una negociación. En este escenario, el Gobierno está convencido de que ETA desaparecerá poco a poco en el tiempo. «En este momento, es posible, gracias a una organización prácticamente sin armamento y descabezada», avisan a este diario fuentes del Gobierno vasco.