Prestigioso empate

Al Valencia le cuesta entender que si tiene el balón maneja el partido. Y si juega Mata, mejor. Se adelantó en el marcador, cedió el empate y mejoró cuando salió el campeón del mundo. El 1-1, sin embargo, le dio prestigio, pero no la primera plaza del grupo. El Manchester United no se dejó.

Quería Emery ganar en Old Trafford, para entrar el día 17 en un bombo más asequible, y dejó a Joaquín en casa y a Mata y a Soldado en el banquillo... Cuando terminó el primer tiempo el fútbol le daba la razón. Ni siquiera fue necesario que marcara Aduriz, el único delantero; el 0-1 fue obra de Pablo Hernández y gracia de Carrick, quien entregó la pelota al «Chori» cerca de su área y al Valencia no le quedó más remedio que aceptar el regalo.

Con un 4-4-1-1 muy bien apañado y que le facilitaba el dominio del balón y del encuentro, Emery plantó cara a Ferguson. También tuvo suerte el técnico español. El United, enfrascado en el descubrimiento de nuevos valores, como los gemelos brasileños Rafael y Fabio, laterales diestro y zurdo, respectivamente, y la consolidación de talentos como Nani, se escuda en la experiencia de Rooney y Berbatov para sacar adelante los partidos. No siempre puede. En esta ocasión chocó con Guaita, el tercer portero del Valencia, un feliz hallazgo.

Aunque Banega fue el primero en acercarse a un portero y Domínguez tiró al poste por fuera, fue el Manchester el que creó más ocasiones de peligro. Pero allí estaba Guaita, para anticiparse a Berbatov y quitarle el balón de las botas cuando el graderío de Old Trafford iniciaba el grito de gol. Guaita apareció también cuando Park le disparó a bocajarro, y despejó, y se libró del empate cuando Rooney estrelló la pelota en el larguero y a Nani el rebote se le fue demasiado cruzado.

Perdido como estaba, el Manchester multiplicó el interés y la intensidad. Empezó a rondar a Guaita con insistencia, el portero desesperaba a Rooney, pero tras despejar el zambombazo de Park no pudo evitar el tanto de Anderson. Merecía el United el empate porque el Valencia había desaparecido. Volvió a mostrarse con el 1-1, Pablo falló el 1-2, Guaita despejó el 2-1 a Berbatov, ¡qué noche!, y Nani perdonó.

Entró Mata por Jordi Alba y el partido recuperó el tono valencianista. Aduriz tuvo la victoria; pero quedó el empate.