La bolsa pierde un 7% en apenas cinco sesiones

Ayer en un contexto bajista generalizado, ni las palabras de José Luis Rodríguez Zapatero a primera hora de la mañana asegurando que España no necesitaba un rescate, ni las declaraciones de Elena Salgado antes de comer, bastaron para hacer creer a los inversores que no pasa nada. El Ibex, que había empezado la sesión con una caída cercana al punto porcentual, profundizó en sus dudas y llegó a perder cerca del 3% en algún momento. El final, el viernes negro dejó un saldo negativo de 1,80% y el Ibex en 9.547,2 puntos. Un saldo. En lo que va transcurrido de año, la bolsa española acumula pérdidas superiores al 20%, con los bancos como los valores más maltratados.

Europa tuvo un comportamiento algo mejor que el de España, aunque todos los mercados acabaron cerrando en rojo. Hasta Wall Street, que ayer sólo abrió media sesión para festejar el comienzo de la temporada de rebajas.

Todo juega en contra
¿Qué influyó ayer? Todo. Desde las dudas sobre si Portugal y España serán la próximas víctimas del mercado hasta la tensión que viven las dos Coreas. Por su fuera poco, un informe del Citi da por hecho que el rescate de Portugal se producirá antes de que acabe el año y a continuación vendrán los de España, Italia y Bélgica. Si se cumpliera este presagio, el futuro de la Eurozona estaría condenado a muerte.

El castigo que ayer recibieron los bancos españoles fue por su exposición a la deuda portuguesa, más que por sus perspectivas de futuro.

Aumenta el riesgo país
Lo que peor se comportó ayer fue el riesgo país. En una jornada negra, el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán marcó un nuevo récord histórico desde el nacimiento del euro al situarse por la mañana en 263 puntos básicos (5,281% de rentabilidad frente al 2,646% del «bund» alemán»).

El hecho de que se supiera que el mañana domingo los ministros de Finanzas de la Unión Europea mantendrán una reunión a través de videoconferencia para analizar el rescate de Irlanda como único tema del orden del día sembró de dudas los mercados. No es de extrañar que el riesgo país de España se mantuviera muy alto a lo largo de toda la sesión, aunque a última hora de la tarde se relajara algo la tensión, lo que permitió que cerrara el diferencial en 247 puntos básicos.

La moneda única sigue su tendencia bajista. Ayer cedió más de un céntimo y llegó a cotizarse a 1,3228 frente a los 1,3370 dólares a los que se cambiaba a última hora del jueves. El BCE fijó un cambio de 1,3325 dólares.