Lima

Mario Testino: «Soy insaciable»

Una de las últimas en posar para su objetivo ha sido la peculiar Lady Gaga. Él es transgresor y moderno, así se ha convertido en uno de los fotógrafos más aclamados, y quién mejor que esta diva de la radio comercial para incluírla en el universo Testino: «A diferencia del resto de profesionales, yo busco la persona que hay detrás de cada imagen. Es lo que determina la belleza»

Mario Testino: «Soy insaciable»
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Así lo explica el peruano durante la presentación de «Todo o nada», la exposición que hoy estrena el Museo Thyssen. En ella se muestran 54 instantáneas que Testino ha seleccionado de los 30 años de carrera que lleva a sus espaldas: «Comencé en 1980 y me he pasado 15 devolviendo préstamos al banco. Esta retrospectiva es como un regalo», bromea el artista.

La influencia de Moss
Ha trabajado con las grandes cabeceras de moda, «Vogue» y «Vanity Fair», entre otras; sus imágenes se han visto en marquesinas y murales de todo el mundo, porque a Testino también se lo rifan las casas de moda como Gucci y firmas de cosméticos internacionales como Lâncome, que patrocina esta exposición en exclusiva. Su curiosidad le llevó a trasladarse desde su Lima natal a la cosmpolita Londres, donde no sólo aprendió de fotógrafos tan relevantes como Avedon o Newton, sino que allí conoció a su musa, o, más bien, a la musa de los noventa: «Kate Moss es una de las modelos que más me ha influído.

Tiene algo. Es la líder de una generación», dice. Han trabajado juntos en numerosas campañas de moda y fue su belleza imperfecta lo que revolucionó el ideal femenino: «La percepción de la mujer que tenía la industria ha ido evolucionando desde que comencé. En los ochenta se buscaba una glamurosa e irreal, pero Moss revolucionó esta imagen. Ella representa a la mujer real», comenta ante Guillermo Solana, director asrtístico del Thyssen.

Aunque los jóvenes vienen con nuevas pretensiones, buscan en el pasado lo que no les ofrece la inmediatez de internet: «Les influyen tanto las nuevas tecnologías que les fascinan las imágenes del pasado», asegura Testino. Él no rechaza la modernidad; es más, cree que debemos aprovecharnos de ella, de la cirugía estética, del bótox y del photoshop, porque «todo artista tiene derecho a una expresión propia». Aboga por la tolerancia y por eso no comprende por qué a las modelos de hoy se las critica tanto: «Nos deberíamos preocupar más por la obesidad que por la anorexia. A los 17 años, edad media de las modelos, yo también estaba muy delgado, y mírenme ahora», añade. Comprende el paso por el quirófano pero no lo comparte. A él le veremos envejecer, «con canas y, luego sin pelo, porque creo en ello». La retrospectiva muestra dos mundos contrarios, aunque con ambos se identifica.

Contrasta fotografías con decorados y maquillajes excesivos con la inocencia del desnudo. Son necesarios los dos espacios para describir al fotógrafo: «Mi trabajo es una mezcla de la elegancia de la alta costura y la simplicidad del desnudo». Y es precisamente la imagen de Demi Moore desnuda la preferida del artista: «Me encantaría tener su cuerpo», bromea.


El «peligro» de las modelos rusas
Las 54 imágenes que expone el Museo Thyssen se podrán admirar hasta el próximo nueve de enero de 2011. Entre ellas destacan «tops» como Gisele Bündchen o Claudia Schiffer, aunque las modelos rusas copan las paredes de la sala en la que se expone. Natalia Vodianova (a la izda.) es una de las recurrentes. ¿Tendrá razón Irina Shayk en eso de que «las rusas somos peligrosas»?