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Una buena noticia

La Razón
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Era del todo previsible que después del rescate de los 33 mineros que durante 69 días han vivido a 700 metros bajo tierra en la mina de cobre de San José, en Chile, la atención mundial siguiera durante muchas jornadas deseosa de saber más de su odisea.
La operación San Lorenzo para sacar de la mina a los 33 supervivientes no sólo ha sido de una perfección técnica impensable hasta ahora sino que ha demostrado la categoría humana de unos trabajadores que han asombrado al mundo, no sólo por su compañerismo y capacidad de sacrificio entre ellos y sus familias, sino también por un gran amor a su país y respeto a la bandera chilena.
Además, todo esto ha podido verlo y seguirlo todo el mundo. En los días cercanos al rescate se fueron concentrando en el desierto de Atacama centenares de periodistas y medios de comunicación de los cinco continentes, en especial de las cadenas internacionales de televisión.
Como comentaba un ejecutivo de la estadounidense CNN, «nunca la cadena ha permanecido ininterrumpidamente tanto tiempo dando información en directo de una buena noticia».
Ha sido una información que han seguido millones de personas y con espectadores de excepción, como el presidente Obama en Washington o Lula da Silva en Brasil.
El Gobierno chileno ha organizado la salida de los mineros a la perfección tanto desde el punto de vista técnico como sanitario y el encuentro con sus familiares y finalmente con la prensa.
Es mucho lo que cada uno de los 33 mineros tiene y puede contar de esos 69 días que han estado atrapados en la mina y la opinión pública seguirá durante días escuchando sus historias.