Copa Confederaciones
La ciudad en «stand by» durante el partido
El pase a semifinales de «La Roja» dejó desierta la capital: menos urgencias médicas, comercios vacíos y pizzeros a destajo fueron la tónica los 90 minutos
MADRID- La capital vivió ayer un «dejà vu». Calles y parques desiertos, comercios sin clientes, empleados de comida rápida a domicilio trabajando a destajo, cientos de taxis libres... todo el mundo estaba «atrincherado» en bares y casas frente a una pantalla de televisión. Igual que hace dos veranos con el Mundial, los cuartos de final, esta vez de la Eurocopa, paralizaron Madrid. Y, como en cada partido, la «fan zone» del Bernabéu, llena de aficionados de «La Roja» que se volvieron locos poco después de las nueve de la noche y a las diez y media, cuando la Selección marcó los dos goles que le dieron el pase a la semifinales del campeonato. De hecho, los gritos de alegría de los aficionados con los goles de «La Roja», sorprendían a los pocos que paseaban por la ciudad casi en silencio.
Los turistas fueron los que más se sorprendieron del letargo que durante los 90 minutos que duró el partido rebajó casi al 75 por ciento el rirmo habitual de la capital. A pesar de ser sábado por la tarde, ayer era muy fácil «pillar» asiento en el metro o en el autobús. El tráfico también era típico de un día de agosto. Según las pantallas de MadridMovilidad, sobre las ocho de la tarde el tráfico era más bien intenso, incluso en algunas zonas con pequeñas retenciones en los semáforos. Sin embargo, una hora después, la circulación era muy fluida, probablemente porque casi todos los forofos habían llegado ya a las casas o bares en los que iban a disfrutar del partido.
Los parques también estaban «desiertos». Y es que muchos padres se «escaquearon» incluso de la visita de todos los sábados a los columpios. Frente a otros fines de semana, en los que parques como el de Roma resuenan con la algarabía de centenares de niños jugando, a media tarde ayer apenas había un puñado de infantes acompañados de un par de parientes.
Los únicos que no pararon en toda la noche, igual que los jugadores sobre el campo, fueron los repartidores de pizzas, en una de sus jornadas de más trabajo del año. Según explicaron fuentes de Telepizza, los días de partido se incrementa el número de pedidos, más aún si se trata de un fin de semana. «Están llamando mucho, pero durante el descanso es cuando más pizzas se encargan», aseguraron.
En el otro extremo, se encuentra la mayoría de comercios pequeños y grandes superficies. En el Carrefour de Gran Vía Hortaleza, una empleada aseguró que alrededor de las 20:00 horas los clientes comenzaron a esfumarse del hipermercado y sobre las 20:30 horas «aquí estabamos sólo nosotros», en referencia a los empleados. Eran las compras de última hora (cervecita, patatas...) para sentarse frente a la pantalla y disfrutar de «La Roja».
El mismo panorama había en un lugar tan céntrico como El Corte Inglés de Preciados. Una empleada del departamento de joyería aseguró que desde las 20:00 horas, el centro comercial sufrió un descenso de clientes de hasta el 80 por ciento en comparación con cualquier otro sábado a la misma hora. «Sólo hay turistas y algún despistado», bromeaba la empleada.
También sufrió con «La Roja» el gremio de taxistas, de por sí de capa caída en los últimos tiempos. Aunque desde Radio Teléfono Taxi aseguraron ayer que estaban recibiendo las mismas llamadas que cualquier otro sábado, lo cierto es que las colas de taxis en las paradas eran más kilométricas de lo habitual, y había muchos más vehículos libres que otro sábado por la tarde, sin clientes por la calle a los que recoger. Los taxistas, como la mayoría de los trabajadores que ayer tuvieron que trabajar a la hora del partido, intentaron no despegarse de un radio o una tele para seguir el encuentro.
Menos urgencias
Los dos datos más curiosos, al igual que durante los partidos del Mundial, son los de las urgencias médicas y el consumo de agua. El centro de Emergencias Comunidad de Madrid 112 recibió desde las 20:45 a las 22:30 un total de 1.639 llamadas, un 5,8 por ciento menos que el sábado anterior (1.741). En el descanso del partido se produce otro fenómeno curioso: se incrementa el consumo de agua. Los datos del Canal de Isabel II son muy precisos y marcan un repunte en el consumo justo en los 15 minutos entre los dos tiempos del partido. La explicación es sencilla: durante el partido, los aficionados no despegaban sus ojos de la tele. Así que el descanso es el momento de levantarse, estirar las piernas y, cómo no, utilizar el cuarto de baño.
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