Cataluña
CDC pone rumbo a la «plena soberanía»
BARCELONA- La distancia que separa a Convergència Democrática de Catalunya (CDC) del independentismo es cada vez más estrecha, prácticamente inapreciable. El partido de Artur Mas aprobó ayer en un su consejo nacional dos proyectos de ponencia que se debatirán en el congreso que celebrará en Reus el próximo mes de marzo, confirmando que las tesis soberanistas son cada vez más dominantes en Convergència.
«El reto del nuevo soberanismo es saber mantener las convicciones sin caer en la mera proclama. Hará falta desplegar una estrategia que vaya desplegando el cambio de mentalidad y el cambio cultural que tendrá que llevar a Cataluña hacia la plena soberanía», dice el borrador de la ponencia sobre «La transición nacional» que el consejo nacional aprobó por asentimiento. La duda es saber si existe alguna diferencia entre la «plena soberanía» y la independencia.
El secretario general adjunto de Convergència, Oriol Pujol, resumió en Bellaterra el sentido de esta ponencia ideológica. «Convergència quiere ser un actor muy principal en la construcción de una mayoría soberanista en Cataluña y también quiere colocar el soberanismo en la centralidad política de este país», afirmó Oriol Pujol, que en el congreso de marzo se convertirá en el secretario general de CDC.
Convergència y el propio Mas han basculado en los últimos años hacia posiciones cada vez más próximas al independentismo. Siguen practicando un lenguaje un tanto ambiguo, pero cada vez es menos disimulado. La única expresión que no han adoptado dentro de sus objetivos es la del Estado catalán, pero no andan muy lejos.
El fin del Estado autonómico
«Después de dos años de la gran manifestación del 10 de julio –la que se organizó tras la sentencia del Estatut–, ya sabemos que solo la soberanización de Cataluña permitirá continuar la tradición modernizadora que no tendría que haberse perdido nunca», reflexiona la citada ponencia. En este documento, Convergència da por amortizado el Estado de las Autonomías. «En el siglo XXI hemos constatado una vez detrás de otra que se trata de una quimera o, cuanto menos, de un encaje tan lesivo para los intereses de Cataluña que simplemente no resulta asumible. Por esta razón, los catalanes queremos buscar democráticamente una salida plausible tanto para nosotros como para las generaciones futuras», dice.
El partido de Mas se felicita porque «el prestigio del nacionalismo catalán mayoritario es impecable» y señala la consecución del pacto fiscal en la línea del concierto económico como «la primera etapa» de la transición nacional. A ella se refirió el presidente de la Generalitat durante su intervención ante el consejo nacional. «El pacto fiscal ya tiene el consenso social, ahora lo que queremos es el máximo consenso político», dijo Mas. Esta afirmación presupone una fe ciega en las encuestas que efectúa la Generalitat, las cuales aseguran que un 75 por ciento de los catalanes secunda la demanda de un pacto fiscal.
Por el momento, ERC e ICV dan apoyo a esta reivindicación. En cambio, PSC y PP, que son los otros grandes partidos de Cataluña, no dan apoyo al proyecto del presidente para lograr una suerte de soberanía fiscal. «En los próximos meses seguiré insistiendo al PSC y al PP para que se sumen al pacto fiscal, igual que en el País Vasco lo hacen», recordó. Mas subrayó que en el Parlament hay mayoría para tirar adelante este proyecto, pero que él es partidario de lograr un consenso más amplio para defenderlo en Madrid.
El calendario que tiene en mente el presidente de la Generalitat consiste en aprobar antes del verano la propuesta de pacto fiscal en el pleno del Parlament. Luego, a lo largo de todo el segundo semestre, intentará que el Gobierno se preste a conversaciones para lograr un acuerdo, ya que el modelo en vigor vence en 2013. En caso de encontrarse con una negativa, el president está determinado a «romper un poco las costuras de la Constitución».
Los nuevos hombres fuertes de CDC
En el congreso que CDC celebrará en marzo, Jordi Pujol cederá la presidencia del partido a Artur Mas. El relevo obliga a mover fichas en el tablero convergente. Oriol Pujol está llamado a sustituir a Mas como secretario general de Convergència y por debajo de él, Francesc Homs y Lluís Corominas, se perfilan como vicesecretarios de coordinación institucional y estrategia, respectivamente.
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