Zaragoza

El ladrón del convento fue directo hacia el dinero: 400000 euros

No era un millón y medio de euros, sino sólo 400.000, lo que se llevó el ladrón del Monasterio de Santa Lucía, de Zaragoza.

Jesús García Huici, abogado de las monjas del convento de clausura Santa Lucía de Zaragoza que ha sufrido el robo de miles de euros en metálico, atiende a los periodistas, a los que ha especificado que el montante total robado asciende a 400.000 euros y n
Jesús García Huici, abogado de las monjas del convento de clausura Santa Lucía de Zaragoza que ha sufrido el robo de miles de euros en metálico, atiende a los periodistas, a los que ha especificado que el montante total robado asciende a 400.000 euros y nlarazon

Así lo especificó ayer a la Prensa el abogado y portavoz de las religiosas cistercienses, Jesús García Huici. Al parecer, el ladrón sabía exactamente dónde buscar, puesto que acudió directamente al lugar, una zona alejada de la entrada, y en un pasillo con diez puertas forzó sólo aquella donde estaba el armario con el dinero. El abogado ha señalado que no todo el dinero estaba en billetes de 500 euros y que procede de las actividades económicas de la comunidad (encuadernación, restauración de libros y la bien cotizada pintura de Sor Isabel Guerra). Se trata, quiso detallar, de «cantidades que están documentadas» y «ahorros de mucho tiempo», con su CIF correspondiente y declaradas a efectos fiscales. El abogado puntualizó que las religiosas son las «víctimas de un robo» y que «no existe ninguna otra derivación», en el sentido de que no se plantea ninguna irregularidad respecto al origen del dinero.
Las monjas creen que el ladrón entró al recinto el domingo 27, cuando se abren las puertas durante una hora y media para que los fieles que lo deseen participen con ellas en la misa. En ese momento debió entrar el criminal, pero las religiosas no se dieron cuenta hasta el día siguiente, lunes, cuando descubrieron la puerta forzada y que el dinero había desaparecido.
El abogado explica que las dieciséis cistercienses están «muy afectadas, muy perturbadas». Algunas de ellas son de edad muy avanzada y están sufriendo mucho con este episodio. Jesús García Huici explicó a Efe que son personas como «de otro mundo», «muy ingenuas, dedicadas a la oración».