Crítica de libros

Homo Homini Lupus

La Razón
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Los madrilenos estamos esperando la lluvia como «agua de mayo», esa lluvia que barrerá la seta marrón de la polución que se cierne sobre la ciudad como un mal presagio, que ensucia nuestra aire y que no nos permite respirar. Al menos ese ha sido el debate de la semana entre nuestros políticos. Sin embargo una bocanada de humo proviniente del fuego de una nave industrial nos ha devuelto a debates mas urgentes.

 El humo oscuro de esa nave, nos ha recordado que la negrura más peligrosa no es la del aire, siendo esta importante, sino la que proviene del alma humana, de la falta de conciencia de aquellos que son capaces de explotar sin pudor a sus semejantes. En esa nave vivían y trabajaban seres humanos reducidos a una cosificacion brutal en favor del lucro y el beneficio.

Esa es la polucion a la que deberiamos dedicar todos nuestros esfuerzos, ese tipo de contaminacion social no puede terminar con una simple sanción administrativa ó con el cierre del negocio, debe ser perseguida penalmente y sin duda castigada con el mayor de los ostracismo para sus autores.

En esos, y no en otros menesteres, son en los que se deberían ocupar el Gobierno y la oposición de Madrid,porque a veces parece que se dedican a discutir sobre el sexo de los ángeles y no a resolver los problemas reales, que en estos tiempos no son pocos. Madrid no se puede permitir determinados niveles de polución, pero mucho menos la bajeza moral de contemplar pasivamente la explotación del hombre por el hombre.