Fútbol
Tercera Liga
El Barcelona no supo dictar sentencia cuando tuvo a su favor superioridad numérica. Dio la impresión de que de la misma manera que pareció que le bastaba con el empate, con la victoria del gol de Messi le sobraba. Error. El Madrid intentó la épica y con la anuencia de Muñiz Fernández, pésimo árbitro, pero que en el Bernabéu siempre tira para casa, consiguió el empate. Fue la consumación del fallido proyecto liguero. El Barça será campeón por tercer año consecutivo. Se quedó con ocho puntos de ventaja más el «gol average».
La comedia escrita en cuatro actos vivió la interpretación del primero. Incomprensiblemente, el Madrid salió a jugar como quien se siente inferior. Mourinho, conocido por su conservadurismo, lo del Inter en el Camp Nou fue su máxima expresión, en el Madrid ha pretendido hacer lo mismo. Retrasó a todo el equipo y, sin que Sergio Ramos y Marcelo cruzaran el medio campo, Cristiano Ronaldo y Benzema no vieron el balón. Di María intentó sus rápidas arrancadas y tampoco tuvo ayuda. Pepe, en el centro del campo y con tendencia a que se le cruzaran los cables, aguantó con el consentimiento de Muñiz, que tuvo tarjetas muy a mano por acciones menos punibles.
El Barça manejó el balón más que el Madrid, pero no llegó a crear más peligros, aunque las ocasiones más claras para marcar las solventó Casillas. Cristiano falló la suya. Mourinho quiso salvar los muebles jugando el partido en su campo y buscando arrancadas rápidas. Le salió mal el planteamiento. No gustó a su público.
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