País Vasco

López reniega ahora de Bildu que exhibe su poder ante el PNV

El lendakari Patxi López se siente defraudado y decepcionado. «Después de haberse dejado la piel por la paz» en Euskadi, las urnas le han vuelto la espalda. Los vascos le han postergado a una discreta tercera posición en la escena política de Euskadi.

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Consciente de que la lectura de la derrota del PSOE en el resto de España no es extrapolable al País Vasco, promete un examen autocrítico de las razones que han llevado al PSE-EE a dejarse por el camino en cuatro años 98 concejales y quedarse sólo con 234 ediles. Incluso ha caído San Sebastián, uno de sus bastión por excelencia. El inesperado y mayúsculo varapalo sufrido por el PSE se debe a que parte de su electorado descontento con López por su unión temporal con Antonio Basagoiti ha depositado su confianza en Bildu. De ahí que el lehendakari haya transmitido ya la consigna de no recuperar ninguna Alcaldía en el País Vasco con el respaldo de esta coalición, integrada por Eusko Alkartasuna, Alternatiba e Independientes.

Sin embargo, el controvertido aún alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, medita en estas jornadas permanecer en el poder de la mano de Bildu, que le ha arrebatado de un plumazo su histórica supremacía. Aunque el lendakari cierre la puerta a eventuales alianzas con la coalición abertzale, los socialistas mantienen intacto su posición. El PSE sostiene que el regreso de la izquierda abertzale acelerará la desaparición de la organización terrorista ETA. Lo que está claro es que Bildu ha irrumpido con fuerza y revolucionado la escena política vasca. La coalición ha arrasado en estos comicios y se han convertido en la segunda fuerza en Euskadi en número de votos, con el 25,4%, y en la primera formación vasca en número de concejales, con 953 ediles, 81 más que los nacionalistas vascos.

El PNV mantiene, pero sólo en número de votos, la primera posición en el ránking de partidos en el País Vasco. Los peneuvistas, que han perdido en cuatro años 157 concejales, explican su resultado y, por ende, el de Bildu por el excesivo acento puesto desde Madrid en la ilegalización de la izquierda abertzale. Como botón de muestra, recuerdan que hasta horas antes del inicio de la campaña electoral el Tribunal Constitucional mantuvo la incógnita sobre si le permitía o no concurrir a las municipales y forales. La formación liderada por Iñigo Urkullu achaca al deseo de paz de los vascos y de normalizar la situación en Euskadi el tsunami que ha supuesto Bildu. Por tanto, espera que el paso del tiempo resitúe a cada uno en su lugar, incluida a la izquierda abertzale. Mientras llega ese momento, deshoja la margarita de las alianzas. Aunque la ejecutiva del partido aún no han decidido nada al respecto, los peneuvistas estudian importar a los ayuntamientos de Euskadi la polémica y famosa geometría variable del presidente del Ejecutivo central, José Luis Rodríguez Zapatero.

En este escenario, no descartan gobernar en algunas localidades con el apoyo del PSE, en otras con el de los populares y en otras de la mano de la izquierda abertzale. Los nacionalistas se sienten libres de ataduras del pasado, tras el incumplimiento de Zapatero en 2009 de la constitución de un gobierno vasco de coalición entre los socialistas y el PNV, la fuerza política más votada en las anteriores autonómicas. En las próximas semanas, concentrarán sus esfuerzos en demandar a López un adelanto electoral, tras el castigo recibido por los vascos en las urnas. En principio, las autonómicas tocan en 2013 y, según fuentes socialistas, el lehendakari no se plantea anticiparlas. Para ello, cuenta con el respaldo del presidente del PP, Antonio Basagoiti, cuya formación fue la única que consiguió salvar los muebles este domingo. No obstante, bajó 21 concejales en relación a 2009.