Inquietante soledad

De la soledad de Zapatero dan cuenta las diez mociones perdidas ayer por el PSOE en el Congreso de los Diputados, incluida la pactada con el PSC sobre el Estatuto de Cataluña. Hemos pasado del aislamiento al PP al desamparo socialista. Ni siquiera los sindicatos quieren aparecer junto a Zetapé en Rodiezmo. Votar con el Gobierno cotiza a la baja, está mal visto, es incomprensible, resulta inexplicable, y por eso ayer la totalidad de los grupos de la Cámara se negaron a apoyar la resolución sobre el Estatut. Lo que es todo un síntoma. Resulta verdaderamente arriesgado intentar agotar una Legislatura que los antiguos aliados dan por finiquitada. Perder las semanas y los meses con sesiones como la de ayer no nos lleva más que a aumentar la sensación de que estamos perdiendo el tiempo. Si el presidente no lo quiere ver es porque está ciego. O quizás sea pura egolatría.