Cataluña
Encuentro estatutario
Se esperaba con expectación la primera entrevista entre José Luis Rodríguez Zapatero y José Montilla después de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. Tras el encuentro, pocas novedades y varias incertidumbres. El presidente de la Generalitat pretende impulsar una acción política que recupere íntegramente la norma estatutaria, tal como reclaman el tripartito y CiU. En el actual clima preelectoral que existe en Cataluña estas formaciones defienden que el fallo del Tribunal Constitucional no puede estar por encima de la voluntad de pacto expresada por los catalanes cuando refrendaron el Estatut y de las Cortes Generales que lo aprobaron. No repetiremos de nuevo el escaso porcentaje de ciudadanos que avalaron el proyecto, pero debemos insistir en que tienen que aceptar las reglas de juego marcada por la Constitución. Por ello, el presidente del Gobierno y Montilla, el máximo representante del Estado en Cataluña, deberían desarrollar el Estatut dentro del marco constitucional. Es un grave error buscar atajos para no cumplir la sentencia impulsados por una coyuntura electoral que parece, según las encuestas, desfavorable para los socialistas catalanes. El episodio de ayer en La Moncloa aportó cierta confusión sobre un futuro que se atisba complejo. El presidente del Gobierno se mostró conciliador y se comprometió a explorar «todas las líneas de trabajo», jurídicas, políticas y de cooperación institucional que permitan desarrollar al máximo el Estatut dentro de los márgenes trazados por la sentencia del Tribunal Constitucional. Ese diagnóstico, aunque vago, debería interpretarse como un cierto ejercicio de responsabilidad. El problema es que el marco constitucional no es suficiente para los nacionalistas y que el PSC actúa impulsado por un tacticismo de consecuencias imprevisibles. La sociedad catalana, no la minoría soberanista, rechaza los radicalismos y quiere el cumplimiento del Estatuto. La política no debería ser un instrumento para buscar problemas sino para encontrar soluciones. La gran preocupación de los catalanes, como le sucede al conjunto de españoles, es la crisis económica. Por ello, todas las administraciones deberían dedicar sus esfuerzos a hacer frente a este grave problema y dejar de lado las estériles luchas partidistas. Zapatero es el presidente del Gobierno de España y su responsabilidad es cumplir y hacer cumplir las leyes. En este sentido sería fundamental que se recuperara el pacto constitucional que tan extraordinarios frutos ha dado desde 1978 hasta nuestros días. Un pacto que ha permitido un desarrollo económico, social y político que era inimaginable cuando se aprobó la Constitución. Por su parte, Montilla debería preocuparse de los problemas reales de los catalanes y no olvidar que la fuerza del socialismo en Cataluña nunca ha sido ejercer de nacionalistas. Una elección tras otra perdieron frente a Pujol porque se alejaron del sentir de la mayoría de sus votantes en las elecciones generales. La Sentencia del Estatut establece un marco suficiente para continuar con el desarrollo de la autonomía catalana dentro del marco constitucional y sin provocar conflictos tan artificiales como absurdos.
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