Cataluña
Ahora protestamos por César Alcalá
Los sindicatos que, durante los años del Gobierno del PSOE, mantuvieron la boca cerrada, ahora hablan. Y algunos utilizando una terminología que era más propia de la Guerra Civil que de un país democrático como España. Aparte de tocarles las subvenciones, se recortará en liberados sindicales. Y esto no lo pueden aceptar.
Hemos vivido en el país de las subvenciones. Cualquier entidad ha tenido derecho a ir a su ayuntamiento y pedir una para sufragar los gastos de un evento. Las partidas presupuestarias por este concepto, en algunos casos, han sido escandalosas. En momentos como los actuales pocas entienden los recortes. Es más, incluso amenazan que no podrán seguir con sus actividades. Quizás ha llegado el momento de que se replanteen cómo y de qué manera seguirán colaborando con la sociedad, sin basar sus finanzas en las subvenciones.
En cuanto a los liberados sindicales, sólo en la administración hay 8.000 personas. Esto supone un coste de 100 millones. Triplicamos en número a otros países. El Gobierno los reduce a la mitad. Eso no significa que los sindicatos pierdan competencias, sino que 4.000 personas cumplan con sus obligaciones laborales. Racionalizar el número al de las empresas privadas es justo y necesario. No entenderlo significa que algunos no están por la labor de sacar al país de la grave situación que está atravesando. Y eso me parece vergonzoso.
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