Libros

Libros

2056 años nos contemplan por Reyes Monforte

La Razón
La RazónLa Razón

La historia nos contempla y podemos asegurar que debe estar, amén de carcajeándose a mandíbula batiente, pensando sin temor a exagerar: «No aprenden estos humanos». Ya conocemos el lugar exacto donde murió Julio César de una puñalada trapera, fruto del complot de un grupo de senadores, mientras presidía una sesión del Senado... Cualquier concomitancia con la actualidad, como comprenderá, es pura coincidencia... La vida no ha cambiado tanto y las artes políticas, aún menos. Ni siquiera tenemos el consuelo de pensar que algo se han perfeccionado, más bien al contrario. Eso sí, hoy lo darían en directo y las puñaladas traperas se multiplicarían para poder entrevistar en exclusiva al asesino, y si hay suerte y a la víctima le queda un aliento de vida, ahí que le meten el micro y le enchufan el pinganillo. Esta noticia nos viene a confirmar dos de nuestros temores que, por su veracidad indiscutible, ya han alcanzado la categoría de axiomas: que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas viene a tardar lo mismo que la Justicia ordinaria en dictaminar, resolver y poner fin a un procedimiento (2.056 años), y que la estirpe política ya prometía desde tiempo de los romanos. Aunque para esto era suficiente con ver un episodio de la serie «Imperium» y los tejemanejes que se traían los senadores Quinto y Galba para cerciorarse de que en la clase política no hay trigo limpio, que de haberlo dura poco y que confiar en ellos se paga con la vida. 2.056 años nos contemplan. Antes vestían túnica, hoy bailan la conga. No hay grandes diferencias.