Presidencia del Gobierno

Intolerable afrenta

La Razón
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Los controladores han protagonizado una de las páginas más tristes de la reivindicación laboral. La responsabilidad que pueda imputarse a otros, como es el caso del Gobierno, no excusa la lamentable actuación de un sindicato de casta, de un colectivo de privilegiados, a los que nadie les ha dado la facultad de determinar la normalidad o el caos. Como reflejaba ayer el editorial de LA RAZÓN, si a este grupo le asistía alguna razón en su batalla con el ministro de Fomento, la han perdido. Y no sólo en la negociación, sino ante la sociedad, a la que han afrentado cruelmente. Más aún, han colaborado a ensuciar la imagen de España en un momento de especial coyuntura. Justo cuando menos interesaba. El pulso lo han echado a todo el país y el Gobierno cuenta ahora con todo el apoyo para remodelar definitivamente esa profesión. Y la primera misión que debe afrontar el Ejecutivo no es la tabla salarial, que también, sino la supresión del control de esta estirpe en la formación. Igual que se realizó la liberalización de la formación de los pilotos, debe plasmarse la liberalización de la formación de los controladores. Ellos no pueden ser quienes decidan el número de profesionales que se necesitan ni el modo de acceso. Por su parte, el Gobierno tiene poco perdón por haber elegido justo el puente más largo del año para provocar a estos señoritos, después de haberse mostrado incapaz de arreglar el conflicto durante un año, mejor dicho, durante siete años.
P.D.- La directora de Comunicación de Leire Pajín, por cierto muy educada y amable, me invita a salir de mi error respecto al currículum académico de la ministra de Sanidad. Tiene la licenciatura de Sociología. Dicho queda. Así es la vida.