Tregua en vacaciones por José María Aznar Botella

A Mario Draghi le gustan las vacaciones. Supongo que no tenía ganas de que la crisis de deuda le amargase sus bellinis en la playa, y ha decidido apiadarse de nosotros durante el periodo estival. Es un alivio, la verdad. El día 2 veremos si la cosa va en serio. Lo que se espera en estos momentos es una expansión cuantitativa europea. Es imperativo restaurar el equilibrio en los costes de financiación en la zona euro y hay que dar los pasos para ello.

Así, parece que el tour europeo del ministro De Guindos ha sido fructífero. No sólo reacciona Draghi, sino que se aceleran los tiempos de unión bancaria y se habla de conceder al ESM licencia de banco, lo que no es poca cosa. Se trata, en fin, de mutalizar el riesgo en la zona euro, y culminar el proyecto europeo.

Ahora lo que falta es rematar con medidas contundentes las buenas intenciones. Contundentes porque así lo que requieren las masivas necesidades de financiación de España e Italia. Casi un trillón de euros entre los dos hasta final de 2013 que de ninguna manera se cubrirán con demanda privada.

Suponiendo que, como todo indica, el BCE se haga cargo de parte de esas necesidades, habremos evitado el colapso por el momento, pero ni mucho menos habremos salido de nuestros problemas. Imagino que la nueva ayuda vendrá con nuevas condiciones, y yo espero que éstas vayan más allá de subir impuestos. Lo he dicho muchas veces, no se sale de una crisis fiscal vía ajuste, se hace creciendo, y en reformas que fomenten el crecimiento es donde ha de ponerse el énfasis.
Mientras, a seguir sufriendo, si Draghi cumple el día 2, lo haremos un poco menos durante las vacaciones. De lo contrario, sufriremos más que nunca.