Vicente Vallés: «Hay una raza de periodistas despiadados»

–Debuta el lunes en Antena 3. ¿A qué le tiene miedo?
–A no dar una noticia importante porque no nos hayamos enterado.

–¿Qué toma antes de entrar en el plató?
–Nada. No suelo estar nervioso, sólo preocupado.

–Ha cambiado de canal. ¿Eso es como cambiar de alma?
–No: es ponerse ropa limpia, modernizar el vestuario.

–Se va un arce (Arce) y vienen los valles (Vallés). Todo muy ecológico.
–Pues ya ve: pese a mi apellido, prefiero los paisajes urbanos a los campestres. Soy muy urbanita.

–Su fichaje fue una apuesta personal de Gloria Lomana. ¿Qué cree que le ha seducido de usted?
–No tengo ni idea. Sospecho que le gusta mi forma de contar las noticias.

–Ya está en la gloria. ¿Quién tiene ahí el mando a distancia?
–No sé del más allá; aquí, en la Tierra, parece que el mando a distancia lo tienen los banqueros.

–Ha pasado por TVE, Telemadrid, Telecinco, la SER. ¿Esto quiere decir que se lleva bien con todo el mundo o que nadie sabe cómo piensa?
–Cuento noticias. Y no tengo interés en dar mi opinión personal sobre ellas.

–¿Con qué noticia le gustaría abrir su primer programa?
–La crisis se ha acabado y ya no hay paro en España.

–Dice Rosa Díez: «A las mujeres primero se nos ve y luego se nos escucha». Pasa lo mismo con la tele, ¿no?
–Siempre se corre el riesgo de que a alguien le importe más el color de tu corbata que lo que cuentas. Así es la tele.

–«Belén Esteban es la precursora del 15-M», dijo Paolo Vasile.
–Me cuesta verla en ese papel.

–Suelo decir que es difícil sobrevivir a un telediario. ¿Se siente responsable del pesimismo nacional?
–No. Son responsables las circunstancias y quienes las generan.

–Dice Faulkner que los grandes artistas suelen ser despiadados. ¿Los periodistas también?
–Hay una raza de periodistas despiadados. No me siento entre ellos.

–¿Qué hace para no considerarse demasiado importante?
–No necesito curas de humildad. Sólo cuento noticias, nada especial.

–¿Es feliz con poca cosa?
–En general, sí.

–«Se puede ser feliz con poca cosa, pero sólo por poco tiempo» (Alvite).