Golpe de autoridad del Valencia

El Valencia dio un golpe de autoridad, demostró que es muy superior al Bursaspor y firmó sus credenciales como aspirante a la clasificación. Los de Emery tuvieron criterio en su juego, tomaron casi siempre las decisiones correctas y, además, tuvieron poder de definición. Tres puntos, el convencimiento de que las cosas se hicieron bien y el descubrimiento de Tino Costa como buen pegador desde larga distancia.

No hubo rival para los de Emery, que disfrutó del juego de los suyos desde la grada, al estar sancionado. Comprobó el técnico vasco la capacidad goleadora de su equipo, el buen trato al balón y la rapidez de Joaquín y Pablo para salir al contragolpe y romper la defensa del Bursaspor, muy inferior, y que claudicó en cuanto Tino Costa abrió el marcador con un buen zapatazo desde fuera del área.

Con el gol subió el Valencia en sus prestaciones y dominó la situación. Llegó con peligro a la meta de Ivankov y fue Aduriz el que cabeceó sin oposición para marcar el segundo. Se gustaba el Valencia, que se fue al descanso convencido de que las cosas las estaba haciendo bien. César no tenía trabajo, la defensa apenas era inquietada y en el centro del campo había tiempo para templar y mandar. Se elegía la mejor acción de ataque y, tanto por dentro como por las bandas, creaba superioridad, porque el Bursaspor apareció inocente en su debut como campeón turco.
La segunda parte se movió por los mismos derroteros y llegaron otros dos goles del Valencia.

Pablo y Soldado completaron la goleada. Con toque, con velocidad y con algunos jugadores que no jugaron el sábado, Emery dio con la tecla para que la vuelta a la máxima competición europea fuera por la puerta grande. El primer objetivo se ha cumplido con un sobresaliente colectivo. Y es que el Valencia, como quiere su técnico, estuvo brillante en todas sus líneas. Así hay que hacer las cosas desde el principio.