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HRW cuenta 800 muertos en Nigeria tras las elecciones de abril

La organización Human Rights Watch (HRW) ha cifrado en más de 800 el número de personas fallecidas en la zona norte de Nigeria por la violencia desatada tras las elecciones presidenciales de abril, y ha pedido a las autoridades del país africano que investiguen estos hechos y procesen a los responsables.

En un informe publicado este lunes, HRW hace balance de tres días de enfrentamientos en 12 estados del norte de Nigeria tras la reelección de Goodluck Jonathan, candidato del gobernante Partido Democrático del Pueblo, como presidente. Además de los 800 muertos, la organización ha denunciado que unas 65.000 personas han abandonado sus hogares en Adamawa, Bauchi, Borno, Gombe, Jigawa, Kaduna, Kano, Katsina, Níger, Sokoto, Yobe y Zamfara.

Tras la derrota del candidato opositor Muhamadu Buhari, sus seguidores salieron a la calle para denunciar el supuesto fraude cometido durante la votación. Los manifestantes comenzaron quemando neumáticos, en unas marchas que se volvieron violentas y degeneraron en enfrentamientos de carácter étnico y religioso.

En localidades y aldeas de mayoría cristiana y ubicadas en el sur del estado de Kaduna, como Zonkwa, Matsirga o Kafanchan, la violencia concluyó con más de 500 fallecidos, según líderes de las comunidades musulmana y cristiana entrevistados por HRW. La gran mayoría de las muertes corresponden a musulmanes, mientras que la Asociación Cristiana de Nigeria cifra en 170 el número total de cristianos fallecidos en el país durante los disturbios.

La investigadora para Africa occidental de HRW Corinne Dufka ha declarado que "las elecciones de abril han estado entre las más justas de la historia de Nigeria, pero también entre las más sangrientas". "Las nuevas autoridades deberían aprovechar los avances democráticos de las elecciones y llevar ante la Justicia a los que orquestaron estos horribles crímenes y resolver las causas latentes de la violencia", ha asegurado.

La ONG denuncia también el uso excesivo de la violencia tanto por la Policía como por el Ejército en la represión de las manifestaciones. En este sentido, ha constatado ocho casos de ejecución extrajudicial de personas desarmadas en las ciudades de Zaria y Kaduna, mientras que tiene "informaciones creíbles"de más de una decena de casos adicionales.

A estos hechos se suman las palizas propinadas de forma sistemática por militares o policías contra los manifestantes en los estados de Kaduna, Gombe y Bauchi. Sólo en Kaduna, la Policía detuvo a más de 500 personas en el marco de la violencia postelectoral.