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La Razón
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La selección ha conseguido difuminar las maniobras del fútbol nacional. Los fichajes más menos mediáticos han sido aplazados para que el personal civil pueda darles importancia cuando los campeones del mundo acaben su paseo triunfal por Madrid. ¿He dicho campeones el mundo? Pues sí. Lo último que debemos perder es la fe cuando se ha salvado el peor escollo, Alemania.Del Bosque aconseja prudencia y está en lo cierto. Holanda no es la de Cruyff, como tampoco Alemania era la de Beckenbauer y sin embargo, si ya no hay adversarios a los que ningunear, menos a quienes han escrito páginas brillantes en su historia. Holanda, de la mano de los jugadores preferidos por Manuel Pellegrini, Robben y Sneijder, ha llegado a la final. Ambos han sido quienes han puesto las gotas de ingenio. Holanda no competirá en calidad con España porque sus centrocampistas, aun muy duros, especialmente Van Bommel, poseen características defensivas más que creativas. En esa zona del campo es en la que el equipo español deberá manejarse con claridad de ideas. A mí no me gusta el árbitro elegido, a Silva supongo que menos por el penalti que le hicieron los suizos y lo pasó por alto, aunque habrá que confiar en que esté ojo avizor y no presuponga teatro donde hay crimen. Lo importante será marcar primero para no tener que luchar contra muros de pedernal. Para equilibrar, Holanda retrasará a Sneijder con lo que tendrá menos pegada.