Antonio Vega
OPINIÓN: Siempre Houston
Menos mal que nos has dejado tu voz, que lo demás es desierto desde que me enteré de que ya no existías para siempre. Te he llevado en el corazón y muchas veces en la cabeza desde que alguien divino tocó tu garganta y la hizo distinta a todos los demás timbres humanos. Siempre sorprendiendo, casi siempre echándole a la lumbre de mis emociones la leña necesaria para seguir creyendo en el milagro de la música. Te he visto en unas imágenes frías, captadas por un helicóptero. Te llevaban a la primera iglesia que te oyó cantar, cerca de New Jersey, para enterrarte. Y no he podido dejar de recordarte como solista del coro de soul de tus películas, como la hermosa perdedora que cantaba la banda sonora de «Waiting an exhale», con esa costumbre tan tuya de comenzar una canción sin arreglo, a capella, para que el resto de las notas te siguieran como mascotas hasta el final de la canción. Te has muerto como un libro, Withney Houston, escribiendo la misma página negra que redactaron Amy Winehouse, Jimi Hendrix, Antonio Vega, Janis Joplin o Enrique Urquijo. Otro bello cadáver que se queda a medio camino y nos deja huérfanos del resto de su talento. Nadie canta como tú. Desde la leyenda de las grandes divas del jazz y del soul, ninguna mujer había tocado la gloria con tanto talento, ni la ruina con tanto empeño. Mira que te veíamos caer, pero nunca pensamos que alguien capaz de rellenar nuestra alforja sentimental con una sola nota, se iba a diluir en el tópico The End de la estrella del pop. No sabes cómo lo siento, que muchas veces has sido parte de mis tardes de estudio en la facultad, de los besos entre clases, de los viajes por carreteras secundarias. Te nos has muerto y solo nos queda echarte de menos. Descansa, espero que en paz, querida Withney. Sinceramente tuyo, siempre Houston.
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