Andalucía
Freno en seco a la innovación
MADRID- Toca hacer recortes en todos los ámbitos y la Sanidad pública arrastra un déficit, sólo este año de 15.000 millones de euros. Con estas premisas, el Gobierno del PSOE decidió hacer unos duros ajustes en el sector farmacéutico, uno de los pocos en los que el Estado aún tiene competencias. En concreto, el Departamento hasta ahora dirigido por Leire Pajín decidió implantar la prescripción por principio activo. De este modo, los médicos recetan por el componente del fármaco, y no por la marca comercial, y los farmacéuticos sólo pueden dispensar el medicamento más barato de cada grupo.
En caso de duda, se prima el producto genérico, a pesar de que los medicamentos de marca hayan bajado sus precios para poder competir. Los resultados no han tardado en traducirse en cifras: de acuerdo con los datos de la principal consultora del sector, IMS Health, a los que ha tenido acceso este periódico, todas las principales compañías farmacéuticas «de marca» o «innovadoras» han sufrido importantes pérdidas el pasado mes de octubre, el último del que hay datos completos. Las pérdidas afectan al acumulado del año.
Multinacionales y españolas
Mientras, sólo las empresas que fabrican medicamentos genéricos obtienen beneficios. Las pérdidas superan, en algunos casos, el 30 por ciento. Es el caso de la farmacéutica suiza Roche, con un 32,7 por ciento menos de beneficios, y del laboratorio español Almirall, con un 31,3 por ciento. Las multinacionales Lilly, con un 27,5 por ciento de pérdidas, y Pfizer, con un 26,8, son dos ejemplos más. Pero el batacazo también afecta a otras empresas españolas y familiares, como Laboratorios Esteve, que perdió un 22,4 por ciento en el mes de octubre.
Éstas son sólo las cifras, pero en el sector preocupa en qué se van a traducir. Las compañías que han sufrido más el efecto de los recortes son precisamente las que más invierten en investigación, desarrollo e innovación. Y la perspectiva para los próximos años no es buena. De acuerdo con el último estudio del Instituto Nacional de Estadística sobre actividades en I+D, publicado la semana pasada, el sector farmacéutico es el que más invierte en este campo en nuestro país, con un 8,38 por ciento del gasto total en I+D.
Menos compañías
Pero la inversión de las empresas en este campo, clave para cambiar el modelo productivo y contribuir a salir de la crisis económica, ya ha comenzado a reducirse. El gasto en estas actividades en el sector empresarial decayó un 0,8 por ciento durante 2010. Y, lo que es más grave, el número de empresas que realizaron actividades de I+D se redujo en un 15,6 por ciento en relación con el año anterior.
Son datos negativos que no han pasado desapercibidos a los científicos. Joan Comella, secretario general de la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce) e investigador del Hospital Vall d'Hebrón de Barcelona, considera que, «sin duda, son malísimas noticias». En su opinión, los datos «se pueden justificar por el momento económico, pero una parte importante de nuestro futuro pasa por que las empresas hagan al menos innovación, aunque no investigación. Esto condicionará su capacidad para salir de la crisis».
Es cierto que las empresas dedicadas a fabricar medicamentos genéricos han obtenido beneficios en el último año. Laboratorios como Normon, dedicado al mercado de genéricos, ganó un 60,3 por ciento más en octubre y Cinfa, un 63,9 por ciento, de acuerdo con los datos de IMS Health. Pero Comella no cree que estos datos sean demasiado halagüeños cuando de lo que se habla es de salir de la crisis. «En fabricación de genéricos nunca vamos a ser competitivos, porque países como India y China nos van a ganar. O, mejor dicho, ya nos han ganado», asegura. Por eso apuesta por la investigación, que significa « generación de nuevo conocimiento», y por la innovación, que consiste en «poner el valor el conocimiento, empaquetarlo para que sea rentable».
Una inversión rentable
Esta última es una actividad que, precisamente, caracteriza al sector farmacéutico, en el que, de forma periódica, caducan las patentes de los medicamentos y las empresas tienen que buscarse la vida para vender sus productos a precios competitivos. En este contexto, Comella señala que «tendríamos que preguntarnos por qué no apuestan más por la innovación, que es rentable para las propias empresas». Y apunta a que «puede ser que el marco normativo no sea tan favorable, un problema de confianza o incentivos». Lo que está claro es que, «si queremos parecernos más a Suecia que a Zimbabue, hay que invertir más en I+D».
Una medida polémica para ahorrar en medicinas
Las drásticas rebajas en las ganancias de las principales compañías farmacéuticas están relacionadas con la política de austeridad en farmacia. Una de las más polémicas es la prescripción por principio activo. Se trata de que la Sanidad Pública sólo pague el medicamento más barato de cada grupo terapéutico, primando a los genéricos. La medida había sido ensayada en Andalucía y ahora está vigente en toda España. El objetivo es limitar el gasto farmacéutico, pero el ahorro es relativo, porque antes también había un tope de financiación, aunque sin «discriminar» a las marcas.
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