Gasol al rescate

La Selección de baloncesto es un oasis en el tortuoso arranque de los Juegos para la expedición española. Un día más sin estrenar el medallero, otra cuarta plaza, en aguas bravas con Ander Elosegui, una derrota con polémica en waterpolo ante Croacia, una derrota a falta de tres segundos en balonmano... Gasol y los suyos eran las estrellas antes de llegar a Londres y frente a Australia lo confirmaron. Los planes se van cumpliendo. Dos partidos y dos victorias para encarrilar el camino a cuartos y coger sensaciones para lo que se avecina. La grandeza del equipo de Scariolo es que no necesita 40 minutos de excelencia para mostrar una superioridad incuestionable ante el que se ponga enfrente. El tesón de los «aussies» mantuvo el partido equilibrado hasta que aparecieron los hermanos Gasol, Rudy y el equipo se dedicó a defender. Si al talento en ataque, se suma el trabajo atrás... cinco minutos mágicos y a pensar en el partido de mañana ante los anfitriones.

Con Navarro vestido de Bosco en las profundidades del banquillo y con un horario inusual (las 11:15 de la mañana), España tardó en asimilar que en la primera fase es el equipo a batir. Todos intentan jugar ante «La Roja» el partido de su vida. Australia pegó y el equipo no despertó hasta que aparecieron los secundarios. Con tipos a los que les va la pelea, como San Emeterio o Reyes, la Selección empezó a funcionar. Se adaptó a las condiciones del rival y con Pau como referencia empezó a dictar el ritmo. Por mucha dureza que se emplee en intentar frenarle, hay acciones del pívot que resultan indefendibles. Los kilos y los centímetros de los pívots australianos sirven de poco ante la cantidad de recursos de Gasol. Para dominar de verdad los partidos, España necesita algo más que fiarse de la inmensa calidad de media docena de sus jugadores. Ese plus aparece con el trabajo atrás. Y para que eso suceda se antoja fundamental la aportación de Marc Gasol. El pívot estaba para poco más que reencontrarse en el estreno ante China. Con los australianos la cosa cambió. Marc es un referente básico atrás. La combinación de dureza, presencia física, calidad y capacidad de interpretar el juego no la tiene nadie. Además, su presencia tiene un efecto contagio en sus compañeros. Sin necesidad de estar al ciento por ciento, ambos son letales para cualquiera. Y su presencia conjunta, como demostraron en el pasado Europeo, es algo que no ha tenido la Selección jamás. Con su tamaño tienen una versatilidad asombrosa. Una canasta en contraataque de Pau con falta llegando antes que nadie, un triple frontal, las asistencias de Marc, los rebotes a una mano, la capacidad de leer el juego... Son un filón interminable. Entre la pareja y Rudy reventaron a Australia en apenas cinco minutos del tercer cuarto. Un parcial de 10-0 (47-32, min 24) fue el comienzo del monólogo. El escolta vivió su mejor partido de 2012 y mostró que es otro jugador en el que se puede confiar y más en ausencia del capitán. Defiende a tipos más potentes que él, a jugadores más pequeños, ayuda en el rebote, anota de tres... Es otro que puede hacer de casi todo. Cuando España se disparó más allá de la veintena empezó a pensar en Gran Bretaña. Será el momento de comprobar si Navarro sigue tocado por la fascitis y si más jugadores se suman al camino marcado por Pau.