Comandos bajo mínimos

MADRID- El anuncio del fin de la actividad armada por parte de ETA no sólo coincide con la Conferencia Internacional de Paz celebrada esta semana en San Sebastián, sino también con un momento en el que la estructura de la banda está bajo mínimos. Apenas cuenta con algo más de medio centenar de terroristas libres y en activo como consecuencia de las últimas detenciones de etarras y los constantes descabezamientos de su cúpula casi mes a mes.
Esta situación se ha traducido en que los terroristas prácticamente no tienen ninguna capacidad operativa, lo que les ha impedido actuar en territorio español desde el verano de 2009, cuando lo hicieron en Palma de Mallorca.
Los cerca de 55 terroristas que aún se encontrarían en activo estarían, según fuentes antiterroristas, repartidos por Francia y divididos en, al menos, tres comandos que, si bien tienen aún la capacidad de atentar, la mayoría de ellos no cuenta con la experiencia de otros miembros de la banda más veteranos y que parece ser son los que dan las instrucciones a los recién llegados o ascendidos.

Ingresos
Eso sí, ninguno de ellos ha dejado durante todo este tiempo de buscar el rearme y de tratar de aumentar los ingresos de la banda, ya sea a través del impuesto revolucionario o mediante el robo de diferente material, principalmente en el país vecino, donde la presión policial no es tan fuerte como en España.

Los tres fugados «estrella» de la banda
Nada ha cambiado para ellos con el comunicado de ETA. Siguen fugados y desaparecidos tres de los más famosos miembros de la banda. Josu Ternera, que incluso llegó a sentarse en la mesa de negociación con el Gobierno en el «proceso de paz» de 2006; Iñaki de Juana Chaos, que aprovechó un conflicto judicial entre España e Irlanda para darse a la fuga en agosto de 2008 y sigue en paradero desconocido; el último, Antonio Troitiño, sobre el que pesa una orden internacional de detención, tras ser puesto en libertad este año y revocarse la decisión poco después.

El asesinato de Buesa se preparó en una tregua
Que ETA no se quedó inoperativa en la tregua de 1998 era un secreto a voces. Pero, ayer, tres etarras condenados por el asesinato de Fernando Buesa y su escolta, Jorge Díez, lo reconocieron: en ese tiempo se recopiló información sobre posibles objetivos por si el alto el fuego «se rompía». Diego Ugarte, Asier Carrera y Luis Mariñelarena, del «comando Ituren», declararon como testigos en el juicio contra su antiguo jefe, Javiar García Gaztelu, «Txapote», ex responsable del «aparato militar» de ETA, informa R. C.