Xavi y Del Bosque

Las votaciones para otorgar los premios anuales al mejor jugador y mejor entrenador son decisiones democráticas. No ha obtenido el Balón de Oro Xavi, como yo entendía que debía ser, ni tampoco Iniesta, como preferían sus defensores en los medios madrileños, ni ha sido el mejor entrenador Vicente del Bosque, como habríamos aplaudido, ni se le otorgó a Pep Guardiola, quien fue el mejor, pero en el año anterior, el de los seis títulos, se le adjudicó a Mourinho porque en el año en que se ha votado sumó tres.
Tenemos argumentos sobrados para pensar que quienes han elegido no han estado más acertados que quienes teníamos en mente otros triunfadores. Esta vez es impropio cargar a la FIFA y la Federación Española de Fútbol, o sea Ángel María Villar, culpabilidad alguna por los resultados.
Los porcentajes de las votaciones decidieron mayoritariamente el triunfo de Messi, quien para algunos parece que ha robado algo, y el de Mourinho, quien parece que se ha quedado con menos carteras que el argentino y no hace falta explicarlo.
No nos ha satisfecho el resultado de las urnas. Corresponsales de la publicación que otorga los premios, capitanes de selecciones y seleccionadores, nos han dado la espalda y tenemos derecho a manifestar disconformidad con lo votado. No ha valido el Mundial. También, en mi opinión, habría sido injusto que el gol del título mundialista tuviese más peso que el sumado por Xavi tanto en el Barça como en la Selección en el año en que Iniesta perdió participación a causa de las lesiones. Y Messi es totalmente inocente.