Milán
Paul Bhatti: «Hay que acabar con el abuso de la Ley de Blasfemia»
El hermano del ministro paquistaní asesinado toma su testigo en la defensa de los cristianos perseguidosVALIENTE HASTA EL FINALShahbaz Bhatti fue asesinado por islamistas a causa de su oposición a la Ley de Blasfemia y su defensa a Asia Bibi. Su muerte fue precedida por la del gobernador de Punjab por idénticos motivos.
MADRID- ¿Cómo forjar un político santo, un ministro santo, para el siglo XXI? Los obispos pakistaníes pidieron el 25 de marzo que Roma proclame a Shahbaz Bhatti, ministro de minorías asesinado el 2 de marzo, «mártir y patrón de la libertad religiosa». Así lo pedía su portavoz, el obispo Andrew Francis, otro hombre valiente que está vivo de milagro: dos pistoleros le dispararon a bocajarro y sólo recibió heridas leves . Ayer, Paul Bhatti, hermano del ministro asesinado, recogió en Madrid el Premio HazteOír 2011, homenaje póstumo al político y explicó a LA RAZÓN cómo se forjó el alma de su hermano.
«Nuestro pueblo, Jushpur, cerca de Faisalabad, es cristiano al 90 por ciento, con iglesias, catequistas, religiosos... Nuestros abuelos ya eran católicos. Nuestra familia estaba muy comprometida con la Iglesia. Los cuatro chicos fuimos monaguillos, y en la escuela todos rezábamos por la mañana. Íbamos a misa, nos confesábamos, guardábamos la Cuaresma y rezábamos juntos antes de dormir, a menudo el Rosario».
Mientras la familia consiguió enviar a Paul a estudiar a Italia, su hermano Shahbaz fue a un instituto público. Allí vio como las minorías eran oprimidos. «Conoció personas maltratadas y desde entonces decidió luchar por ellas. Su primer éxito fue que el Parlamento de la nación eliminara el documento escolar que identificaba a las minorías», explica Paul. Con 17 años, el Shahbaz estudiante fundó el Frente de Liberación Cristiano. Con 34, ayudó a fundar la Alianza de Minorías de Todo Pakistán, de la que fue elegido presidente.
En noviembre de 2008 fue designado Ministro de Minorías. Y empezaron a llegar amenazas contra él, por su denuncia del fundamentalismo y de la Ley de Blasfemias que se usa para amedrentar a los cristianos.
Condenó la matanza de cristianos de Gojra en 2009; en 2010 habló a favor de Asia Bibi, cristiana aún encarcelada por una supuesta blasfemia, y cuando en enero de 2011 los fundamentalistas asesinaron al gobernador de Punjab, Salman Taseer, fue el primero en comparecer ante la prensa y hablar mientras la mayoría callaba. «Era un hombre de personalidad y de fe fuerte», explica su hermano. «Estábamos orgullosos de él en la familia.
Las minorías le veían como un protector, un portavoz, y estaba bien visto en el Gobierno. Pero aunque era optimista, el último año sabía ya lo que pasaría. Visitándome en Milán me dijo: ‘Paul, me matarán'. Le dije:'no vuelvas, quédate'. Pero él no podía callar».
Fue por esos días cuando grabó un vídeo que sólo debía publicarse si le mataban. Tras el asesinato, se vio en todo el mundo. «Hablo por los cristianos perseguidos y por otras minorías, y estos talibanes me amenazan, pero quiero compartir que yo creo en Jesucristo, que ha dado su vida por nosotros, yo sé cuál es el significado de la cruz y sigo la cruz», anuncia en el vídeo, el acta de un mártir del s.XXI en YouTube. «Estoy dispuesto a morir por una causa; vivo por mi gente, por los que sufren, y moriré por defender sus derechos». Sucedió el 2 de marzo en Islamabad, cuando venía de rezar en la casa de su madre y de recibir la bendición de ella. Un vehículo blanco se detuvo junto a él y desde allí varios hombres le dispararon.
Su madre, una gran sufridora
«Creo que Dios puso a Shahbaz en el mundo como un testimonio, una señal para todos nosotros», afirma Paul, que ha tomado el testigo de su hermano y es ahora consejero especial sobre Minorías del gobierno pakistaní. «Mi madre quedó destrozada cuando mataron a Shahbaz, porque él la cuidaba, estaba con ella, tenían una relación muy intensa. Cuando supe del asesinato, pensé ante todo en ella. Después acepté ser consejero de Minorías, y ella estuvo tres días sin hablar, pero luego me dijo: ‘Creo que Dios te protegerá, es una forma de que ayudes a muchos; tenemos que aceptarlo y seguir trabajando'. Vi su convicción, su fe fuerte, su coraje cristiano».
Paul Bhatti cree que vale la pena seguir luchando contra el terrorismo y los gobiernos europeos pueden ayudar. «Una forma es combatir la miseria extrema de los cristianos y otras minorías, que los hace invisibles. Otra es ayudar a su educación. Hay que acabar con el abuso de la Ley de Blasfemia. Por último, hay que potenciar el diálogo interreligioso, celebrar fiestas juntos, conocernos. ¡El islam no promueve el odio y al matar, los fundamentalistas engañan a mucha gente cuando les enseñan a odiar! Un profesor me dijo que los imanes deberían conocer los valores básicos del cristanismo y otras grandes religiones. Hemos de conocernos mejor, y eso ayudará a que muchas personas cambien a nivel profundo».
EN PRIMERA PERSONA
Paul Bhatti ha tomado el relevo de su hermano asesinado el dos de marzo en Islamabad cuando venía de rezar de la casa de su madre. Treinta disparos acabaron con su vida, pero no con su alma ni con su figura, ya que uno de los objetivos de su hermano es precisamente ese, que no se olvide su figura y continuar luchando por defender y respaldar a todas aquellas minorías más débiles y a todos los cristianos que se sienten oprimidos y perseguidos en la actualidad, especialmente a los que residen en su país.
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