Reino Unido

Miles de peregrinos reciben al Pontífice con entusiasmo

Unas 125.000 personas reciben a Benedicto XVI
Unas 125.000 personas reciben a Benedicto XVIlarazon

Susan Boyle fue la estrella en Bellahouston Park antes de que el Pontífice llegara al recinto. La cantante escocesa, voluntaria en su parroquia católica antes de que la fama mundial la atrapara por su actuación en un programa de televisión el año pasado, dejó la sala de prensa vacía. Todos querían verla en directo. El público se puso de pie y los que andaban aún adormilados acabaron por despertarse. Y es que muchos se levantaron a las cinco de la mañana para poder asistir a la misa.

La familia de la pequeña Beth fue una de las primeras en llegar. La niña de diez años era una de las encargadas de hacer las ofrendas y no quería llegar tarde. Sus abuelos, que asistieron a la visita de Juan Pablo II, estaban entusiasmados. «Dice que no está nerviosa, pero esta noche se la cayó un diente y no sabemos si durmió algo», comentaron.

Martin Delaney fue otro de los que se levantó sabiendo que iba a ser un gran día. El joven iba para médico, pero a los 20 años dejó todo para ser sacerdote. Ayer fue uno de los 12 seminaristas escoceses que acompañaron al Papa en el altar. «Para mis padres fue un shock, pero poco a poco lo van a asimilando y hoy están aquí porque sabían que era un momento muy importante para mí», dice.

Durante toda la mañana, coros infantiles de distintos colegios y músicos de distintas partes de Reino Unido animaron a una masa plagada de banderas. Las españolas también se dejaron ver por cada rincón. «La prensa ha sido muy crítica estos días, especialmente con el tema del dinero, pero lo que nadie dice es que era un donativo. Hay personas que no han podido pagar nada y otras que han puesto más dinero», explica José.

Multitud fervorosa

Cuando el Pontífice llega finalmente al parque, la multitud enloquece. Se pidió recogimiento, pero nadie pudo reprimir la emoción cuando el Papamóvil pasó entre los fieles. Muchos lloraron ante la atenta mirada de sus hijos que hacían fotos para recordar el día histórico en el que hasta el sol, poco amigo del septiembre escocés, quiso estar presente.