Alarte se hace mayor

Reconozco que va aprendiendo. Eso sí, antes vicios que virtudes. Me refiero al secretario general del PSPV, Jorge Alarte, tras conocer su posición real sobre la polémica en torno a la instalación de un cementerio nuclear en Zarra. Como me lo cuentan, lo reproduzco. Eso sí, todo «off de record», pero la seriedad y el rigor de la fuente hacen creíble el relato.
Alarte, como decía, tiene una versión pública para el asunto de Zarra y, como se dice ahora, una agenda oculta. Según un preboste del PSOE, al más alto nivel, el líder de los socialistas valencianos ha trasladado al Gobierno su aceptación de que la localidad valenciana sea el destino final del Almacén Temporal Centralizado, pero advirtiendo de que él protestará públicamente por la decisión.
No me parece bien como postura estética personal, pero he de aceptar que su actitud política adquiere cierta transcendencia, si coincidimos en que en algún lugar ha de construirse ese conglomerado. La ausencia del mismo hace que los residuos se vayan guardando en las centrales nucleares, entre ellas Cofrentes, o debamos pagar una pasta gansa a Francia. No me extrañaría que la empresa gala de almacenamiento estuviera detrás de las protestas, para que España no le prive de esos pingües beneficios. Así es la vida.