San Sebastián

Dos filósofos y un destino

La Razón
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Lunes, 13: flecos
Flecos de la asamblea del Real Madrid en la que en plan torero en tarde de nardos, oro y plata, Florentino redondeó un discurso sobriamente persuasivo.
–Me ha gustado el presidente. Qué pena que no gobiernen el país hombres como él, o como Isidoro Álvarez o Amancio Ortega. Empresarios como ellos: esto es lo que necesita España, comentó un asistente de americana y corbata en una convención de descamisados por el calor, claro.
Otro compromisario, éste vestido como si acabase de regresar de la playa (pantalón corto, piernas feas y peludas, rostro torrefactado por los rayos violetas):
–El Barça será más que un club, pero el Real Madrid es el club más «hiper»: presidente hiper, entrenador hiper y plantilla hiper.

Martes, 14: Nadal
Jolgorio nocturno. Lo vi, le vi. Nadal, una vez más, ha embelesado incluso a Djokovic: «Esa prodigiosa cabeza de Nadal...». El serbio se ha postrado ante el admirable y el admirado Nadal.
–Nadal, eres maravilloso –le lisonjean.
Y él, humilde como un vareador de aceitunas:
–Trabajador.

Miércoles, 15: filósofos
Guardiola, en efecto, es un filósofo, que dice Ibrahimovic. Mourinho, también. Y es que la vida es soñar (Calderón de la Barca) y filosofar (Woody Allen, entre otros miles y miles de filósofos). Comparar, guste o no, es también una manera legítima de contrastar y analizar. Mourinho es yoísta: «Yo creo en mi trabajo», dice. Lo de Guardiola, en cambio, es la tercera persona: «Valgo lo que valen mis jugadores». Mourinho es estoico: reconoce que los silbidos forman parte de sus galácticos honorarios; no le hieren por lo tanto. Parece que hay más miel en el carácter de Guardiola: «Cuando sufren mis jugadores, sufro con ellos», deplora, llora. Dos personalidades cimeras. Ambas interesantes.

Jueves, 16: cabreado
Cristiano está furioso consigo mismo. «¡No hago goles!», rumia enrabietado. Once veces tiró a gol ayer. La gripe de su falta de puntería se la subrayan hoy algunos compañeros. Ronaldo es un «donjuan» del gol. Lo suyo es el gol. Seducir mediante el gol. Que esté por consiguiente desazonado no es sino un síntoma excelente de su «donjuanismo» como futbolista. Superará esa gripe.

Sábado, 18: «Mou»
El Madrid, como se ha vuelto a ver en San Sebastián, no juega bien –bonito, vaya–, pero gana o empata. Hasta que «no aparezca», cuajado, lo deseable es que siga haciendo camino como hasta hoy: sin perder.