Aguirre arma el Belén

Madrid- Sabido es que Esperanza Aguirre no suele conformarse con las cosas dadas. Menos aún cuando se trata del tradicional Belén que cada año por Navidad alberga la sede de la Comunidad de Madrid (Puerta del Sol, 7). Y es que empieza a ser costumbre que la presidenta regional «inspeccione» cada detalle del Nacimiento para alabar los aciertos de la Asociación de Belenistas de Madrid, pero sin dejar de subrayar lo que, a su juicio, podría mejorar.
Entre las setecientas figuras dispuestas en una superficie de 150 metros cuadrados, Aguirre puso el ojo en el Palacio de Herodes: «Yo le quitaría todo lo de aquí. Dejarlo abierto o con una vallita pequeña, pero que se pueda ver el interior, que es un trabajo fantástico. Es que va haber que subirse aquí para verlo. A ver si esta noche pueden quitar esta parte (señalando a una de las paredes del Palacio), porque es una pena que un trabajo tan impresionante no se vea. Yo lo quitaba», aconsejó.
Tras un pequeño intento de convencer a la presidenta, el presidente de la Asociación de Belenistas asumió el cambio sin molestias. «Ella se preocupa por el Belén y eso, para nosotros, es motivo de orgullo. Aunque a veces nos toque trabajar un poquito más», afirmó.
El muro del Palacio de Herodes pasó ayer a la lista de «reformas» que desde que Aguirre llegó a Sol se han realizado en el Belén de la Puerta del Sol.

La lavandera
Al año de convertirse en presidenta de la Comunidad, Aguirre realizó el primer «cambio» en el Belén. La jefa del Ejecutivo regional preguntó «¿No hay lavandera?», en referencia a la tradicional figura de la mujer lavando en el río. Sin embargo, los funcionarios regionales pensaron que lo que se preguntaba Aguirre era por «la bandera». Se compraron metros y metros de tela con la bandera española y se cubrieron las patas de la gran mesa del Belén con ella, cuando la presidenta sólo quería saber dónde estaba la figura.

El Niño Jesús
Tras ganar sus segundas elecciones autonómicas, la presidenta regional puso el ojo en el Niño Jesús. A su juicio, las cejas pintadas en el rostro del bebé, el tamaño de la figura y el hecho de que tuviera los ojos cerrados no era apropiado. Aguirre optó entonces por cortar por lo sano y apelar a la tradición de no colocar a Jesús hasta la noche del 24 de diciembre, día de su nacimiento. La figura fue retirada y a las 00:00 horas de Nochebuena fue recolocada, eso sí, con los ojos abiertos, sin cejas pintadas y con un tamaño más reducido.