Londres
Locos por Pippa Middleton
Todo el mundo estaba pegado al televisor. El martes por la noche quienes querían saber más de la dicharachera Pippa Middleton sucumbieron a la invitación del canal británico de cable TLC para degustar las intimidades de la hermana de Catalina en el documental «Crazy about Pippa» (Locos por Pippa). Una de las apuestas de la promoción estaba basada en la promesa de descubrir qué tipo de relación la une con el príncipe Enrique, después de que la llamara «tía buena».
Pero tras una hora sentados delante del televisor las expectativas se desvanecieron. Seguimos sin respuesta a la gran pregunta sobre la hermana de Catalina, duquesa de Cambridge, que tras la boda real se ha convertido en el personaje más famoso de 2011: ¿quién es Pippa?
Tal es la obsesión mediática por la «otra novia» de la boda real británica –en alusión al vestido blanco roto, diseño de Sara Burton que lució Pippa durante el enlace– que la cadena de televisión preparó un documental de una hora de duración que deja patente que hay mucha gente con ganas de sacar provecho de su relación con Pippa. El círculo íntimo del que hablaba el vídeo promocional se reduce a unos cuantos periodistas, un especialista en «realities» y un par de primos lejanos de los Middleton que, además, no conocían su parentesco hasta que los llamaron para hacer el reportaje, e incluso no conocen a nadie de la familia. Todo ello intercalado con información ya conocida y la proyección de vídeos de la infancia y del colegio de las hermanas.
Primos lejanos
Los presentadores del documental son los periodistas británicos Katie Nicholl, corresponsal de la casa real británica, y Ahsley Pearson, como expertos en Pippa. El grueso del filme lo forma una sucesión de grabaciones aisladas sobre el pueblo de Berkshire donde nacieron, aderezado con las declaraciones de Katrina Darling, de 20 años, artista de Sunderland, prima segunda de Pippa (su abuela y la bisabuela de ésta eran hermanas) y que lanza la primera la frase que, desgraciadamente, más se oye en el documental: «¡No tengo ni idea!», cuando se pregunta sobre ella. Aunque en la película en ningún momento se destaca este desconocimiento, sí que deja claro que nunca ha habido encuentro físico, ni de otro tipo, entre ella y Pippa. De hecho, afirma:«Ella me verá en la televisión y dirá:"Quién es ésa?"». Durante toda la entrevista, Katrina solamente especula con los pensamientos de su prima. «Me gustaría pensar que opina que todo el escándalo sobre su trasero es una tontería», reflexiona. «No parece presumida. No nació con una cuchara de plata en la boca». El otro «pariente» que muestra el documental es Paul Harrison, un instructor de «fitness» de 53 años que tampoco conocía su vínculo con la protagonista. El hermano de su abuelo se casó con la bisabuela de las Middleton, lo que incluso para Paul «fue una sorpresa». Pero aún así se arriesga a contestar sobre la rutina de ejercicios que debe hacer Pippa y aprovecha para vender sus servicios con un claro objetivo: conseguir «un fondo físico como el de ella».
Pero para aprovechados del tirón de Pippa el productor porno Steven Hirsch, que sólo aparece para mostrar y leer una carta que le envió para ofrecerle un millón de dólares (más de 700.000 euros) por participar en una película para adultos, en la que quería incluir también al hermano de ambas, James Middleton, eso sí, por separado. Y así sucesivamente hasta cumplir la hora de emisión en la que lo único que queda claro es que no aportan nada nuevo sobre el personaje, aunque sí lo engrandecen, porque millones de personas habrán visto lo que ya sabían de Pippa, y otros, nuevos, se habrán quedado prendados de ella.
«Las Pipparettes»
Pero ¿porqué no acudieron a gente cercana de verdad? Hubiera bastado –suponiendo que hubieran querido hablar– con haberse acercado a su grupo de amigos íntimos, formado por las que ya llaman «Las Pipparettes»: Alice St. John Webster y Camilla Campion-Awwad. Ellos podrían desvelarnos los verdaderos secretos –ya que la conocen desde los 14 años– que hacen de la joven el caso más increíble de fama meteórica. Alice, de 29 años, es hija del empresario y ex capitán del Ejército St. John Webster y fueron juntas al colegio Marlborough y a la Universidad de Edimburgo, donde estudiaron español y francés, y compartieron su afición por el hockey y el tenis. Es, sin duda, la más protectora con Pippa, y sus amigos la describen como divertida y extrovertida. Por otro lado está Camilla, de 27, hija del cirujano plástico jordano Awwad M.
Awwad, muy leal a su amiga y la encargada de detectar cualquier intento de acercarse a Pippa por razones equivocadas. Un poco más lejos, pero en su círculo íntimo también, podría englobarse a su ex novio –con el que vivió en la Universidad–, George Percy, de 26 años e hijo del duque de Northumberland.
Bronceado «Mocca Real»
Pero ¿qué es lo que hace especial a Pippa?, ¿por qué todo el mundo está obsesionado con ella? Desde que deslumbró con el vestido de Sarha Burton en la boda de su hermana, el furor se ha desatado en las redes sociales. En la red Facebook, el día siguiente de la boda, apareció un grupo que encumbraba su trasero, y que ganó en un día 230.000 mil seguidores y más de 167.000 «me gusta». Ya venía precedida de su propia fama al saltar a la portada de la revista «Tatler», que en 2008 la declaró como la soltera más codiciada. La ropa que lleva se agota en las tiendas, todo el día es perseguida por paparazzi, que en ocasiones son reales y, en otras, contratados por las marcas de moda para retratarla con sus diseños y complementos. Los cirujanos explican que la gente quiere pasar por el quirófano para lucir, previo bisturí, sus facciones y su trasero. Sus escapadas a España y sus visitas a las pistas de tenis y a las carreras denotan un estilo de vida que muchos quisieran, codeándose con empresarios e hijos de millonarios. Parece que todo lo que toca se convierte en oro. Por poner un ejemplo, Margot Cambell, su profesora de Pilates, ha decidido publicar un libro sobre esta práctica, justo cuando ella empezó a ejercitarlo cerca de su apartamento de Londres. Posee el bronceado más deseado y hasta al tono que lleva tiene ya nombre propio registrado: «Mocca Real».
Pero los motivos se extienden a toda la familia Middleton, ya que Catalina y Guillermo tendrán una nueva película –aparte de la ya estrenada «William & Kate», que no destacó–, que se centrará en la historia romántica de ambos. Además, se prepara otro filme sobre las hermanas Middleton y su vida en Anglesey. Y es sólo el principio.
Un vestido «low cost»
La cadena británica Debenhams pondrá a la venta a partir de septiembre una copia exacta del vestido que Pippa (debajo) llevó a la boda de su hermana al módico precio de 195 euros (el original de Sarah Burton costó 23.000). No será el único modelo a la venta, ya que también estará disponible por 115 euros una copia del vestido de noche color esmeralda (en la imagen de la izquierda) que la hermanísima llevó a la recepción de la boda que se celebró en el Palacio de Buckingham.
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