La investidura de Sánchez
Lenguaje obsoleto por Fernando Vilches
Uno creía que la fórmula «gratis total», o sea, por imperativo legal, era un idiotismo ya superado, pero se ve que es muy del gusto de aquellos que creen que las leyes no son iguales para todos. La legalidad es forzosamente «imperativa», no hay opcionalidad posible. También utiliza en el discurso la palabra «resistencia» al recorte de derechos que plantea el Ejecutivo de Mariano Rajoy en el más rancio lenguaje de la trasnochada izquierda decimonónica. Y, más en clave de mitin que de discurso institucional, afirma rotundo que el futuro Ejecutivo andaluz de coalición no va a «aceptar la permanente amenaza de intervención» por parte del Gobierno central «ni el chantaje para el vaciamiento del Estatuto de Autonomía». Aunque nada de esto ha planteado el Ejecutivo central, como afirmación mitinera queda muy aseada. Ha indicado, asimismo, que la Junta debe decidir «si esperamos pasivamente a que cambie la política de la UE o tenemos que impulsar activamente desde Andalucía un cambio de dichas políticas». En estos momentos, la Comisión Europea, el BCE y la señora Merkel deben estar seriamente preocupados por dicha advertencia. No podía faltar la referencia tópica, con la desgastada palabra «rebeldía», ante la reforma laboral, de la que todavía no se puede tener una referencia justa y adecuada. Pero de esta reforma ha hecho bandera la izquierda, a pesar de la experiencia de los últimos cuatro años socialistas.
Y, por último, ha hecho una referencia a la creación de una comisión de investigación sobre el caso de los expedientes de regulación de empleo (ERE): «Ésta será posible gracias a PSOE e IU». No puede caber ni mayor cinismo ni lenguaje más obsoleto.
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