ERE

El empleo y los reptiles

La Razón
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De los casos de corrupción que asoman por todas las alfombras de la Junta de Andalucía y que no se limitan a los famosos ERES-trampa, lo que más llama la atención es la existencia de un «fondo de reptiles» destinado a ayudas a las empresas y a incentivos a la contratación o a la formación profesional. ¿Desde cuándo las funciones de una Consejería de Empleo requieren de la sinuosidad zigzagueante y propia de la familia de los saurios, ofidios o quelonios? Aquí ya no estaríamos ante un caso de capitalismo salvaje, sino directamente jurásico. Se supone que los «fondos de reptiles» se crearon para abastecer las «cloacas de la seguridad del Estado»; para pagar a espías, contraespías, confidentes, soplones, correveidiles y demás oscuros ejemplares de esa fauna que, si no es presentable en la nómina de un departamento de Interior, lo es menos en las consejerías de Empleo o en los ministerios de Trabajo ya que lo suyo son los «trabajos sucios». Más lejos de la querella que va interponer el PP contra esas cloacas que no son las del Estado sino las de un partido; contra la «erejía» de Griñán y la «erencia» de Chaves, aquí hay un problema moral: el «trabajo limpio» que quieren los andaluces no tiene nada que ver ni con los reptiles ni con los fondos sin fondo.