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Hepatitis C: más cerca de acabar con la infección en pacientes trasplantados de hígado

Es uno de los mayores peligros de los pacientes candidatos a recibir un hígado. Si no se acaba con ella, puede infectar el nuevo órgano y reproducir el virus. Un equipo de investigadores del Hospital Clinic de Barcelona ha puesto en marcha dos estudios para atajar el problema antes de la intervención y también después, si ésta resiste 

Hepatitis C: más cerca de acabar con la infección en pacientes trasplantados de hígado
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Uno de los grandes hitos de la Medicina ha sido curar una infección viral crónica como la que origina el virus de la Hepatitis C. Esta enfermedad, que afecta a más de 180 millones de personas (unos 800.000 están en España), y ante la que estábamos habituados a escuchar un «se puede controlar», tiene fin. Y todo gracias a la investigación, que ha permitido el desarrollo de nuevos fármacos y terapias. Xavier Forns, coordinador del equipo de investigación del Hospital Clinic de Barcelona sostiene que «hasta ahora, los tratamientos no eran suficientemente efectivos, y se curaba al 40 o 50 por ciento de los afectados. Sin embargo, con los nuevos como el telaprevir y boceprevir, hemos dado un paso adelante, aunque no definitivo».
Pero todavía existen ciertos puntos críticos sobre los que se debe trabajar en profundidad. El más importante es el tratamiento de los enfermos en fases avanzadas de la infección, como es el caso de pacientes con cirrosis hepática. «Cerca del 20 por ciento de los enfermos con hepatitis crónica C puede, con los años, desarrollar cirrosis hepática. Algunos de ellos necesitarán un trasplante de hígado. Tras el trasplante, el virus infectará al órgano siempre que no hayamos podido erradicar la infección antes del mismo», explica Forns.

Antes del trasplante
Por ello, una de las nuevas áreas de investigación se centra precisamente en erradicar el virus antes del trasplante y, de esta forma, evitar que el nuevo órgano, una vez trasplantado, acabe también «enfermo». Un reto sobre el que se han puesto a trabajar los profesionales del equipo de investigación del Hospital Clinic/Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idibaps) en Barcelona. El equipo liderado por Forns protagoniza un extenso artículo en la publicación científica «Gastroenterology» sobre el abordaje de esta infección. Además, han jugado un destacado papel en la elaboración de las Guías Clínicas de Manejo de la Hepatitis C en el último Congreso de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL). «La recidiva (recaída) de la hepatitis C después de la intervención quirúrgica es un problema para los programas de trasplante. Por eso, la investigación en este campo es nuestra prioridad», sostiene Miquel Navasa, jefe de la Sección de Trasplantes del Hospital Clinic. Si pudiéramos curar la hepatitis C en esta población, la supervivencia de los pacientes con virus C, –que es inferior a la de los virus no C– «podría aumentar un 15 por ciento», destaca Navasa.
Cabe destacar que, en la actualidad, «en la lista de espera de trasplante hepático en España, entre el 45 y el 50 por ciento de los pacientes tiene hepatitis C. Ello significa que de 1.000 trasplantados, unos 500 lo son por hepatitis C. Pues bien, ambos expertos explican que, tras el trasplante hepático, un tercio de ellos desarrollará cirrosis a los pocos años. «Si la infección no se ha curado en el momento en el que se realiza el trasplante, a las pocas horas el virus infecta el hígado «nuevo» y se reproduce otra vez la infección. Y hay que tener en cuenta que los pacientes trasplantados reciben medicación inmunosupresora para evitar el rechazo del órgano, y ello facilita que la hepatitis C evolucione de forma más rápida», señala Forns. Así, «si un paciente normal puede tardar más de tres décadas en desarrollar cirrosis, en el caso de pacientes trasplantados ésta puede desarrollarse en apenas un año tras el trasplante», argumenta.
Una de las estrategias sobre la que el equipo se ha puesto a trabajar es «erradicar la infección antes del trasplante con fármacos que los pacientes puedan tolerar, como el análogo nucleótido GS 7977. Hemos iniciado un estudio internacional que incluye pacientes en lista de espera y en un año esperamos obtener los primeros resultados», añade el coordinador del equipo de investigación del hospital catalán.

Post trasplante
Pero, ¿qué ocurre si no se logra evitar la temida infección en el órgano trasplantado? El grupo del Hospital Clinic también ha puesto en marcha recientemente un estudio europeo multicéntrico que incluirá a unos 100 pacientes, y cuyo objetivo es evaluar la eficacia y la seguridad de la novedosa triple terapia antiviral, esto es, ribavirina, interferón pegilado y una de las nuevas moléculas, telaprevir. Hasta el momento, la combinación de estas nuevas moléculas con el tratamiento estándar ha demostrado un aumento significativo de las posibilidades de curación de la infección por VHC, aunque, tal y como señala Xavier Forns, el problema en pacientes trasplantados se centra en las interacciones entre medicamentos, porque «los inmunosupresores tienen un rango terapéutico muy estrecho y hay que ajustar muy cuidadosamente la dosis de inmunosupresores al combinarlos con los nuevos antivirales, como telaprevir».
Por otro lado, hoy en día, esta triple terapia sólo es apta para pacientes que tienen el genotipo 1. No obstante, Forns matiza que «en un futuro se podrá tratar también en los genotipos 2, 3 y 4. De hecho, el mencionado GS 7977 actúa sobre todos ellos».

Más líneas de trabajo
Y los progresos no quedan aquí. Dada la evolución tan rápida de la hepatitis C en el post-trasplante, estos pacientes se someten de forma frecuente a biopsias de hígado para controlar el daño hepático producido por el virus: «En este campo hemos trabajado mucho en la definición de los pacientes que van a presentar una mala evolución con pruebas no invasivas, como la elastografía hepática o los marcadores en sangre de fibrosis. Con ello evitamos muchas biopsias y la incomodidad que representa para los pacientes», explica Navasa. En el ámbito de laboratorio, «estudiamos cómo se produce la infección en el hígado trasplantado, los mecanismos de entrada del virus en las células hepáticas, y su ciclo viral. Un objetivo potencial en el futuro sería bloquear los receptores de entrada del virus en las células hepáticas y prevenir así que se produzca la infección del órgano», dice Forns.
Finalmente, los expertos destacan la participación del centro catalán en ensayos clínicos con nuevas moléculas antivirales, especialmente de combinaciones de fármacos sin interferón, ya que éste produce numerosos efectos secundarios. Entre los próximos fármacos prometedores, cabe destacar inhibidores de proteasa como simeprevir y asunaprevir; e inhibidores del complejo de replicación, como daclatasvir y el mencionado análogo de nucleótidos GS 7977. Son más potentes, y los datos preliminares sugieren que menos tóxicos; «sin duda cambiarán el panorama del tratamiento de forma radical en los próximos cinco años», concluye Forns.