Caso Marta del Castillo
Miguel Carcaño y el resto de adultos serán juzgados después del verano
Se impuso la lógica. Tras el verano, para evitar parones estivales, los adultos implicados en el «caso Marta del Castillo» – todos en la calle, actualmente, salvo el principal sospechoso, Miguel Carcaño–, serán juzgados por la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla, según apuntaron fuentes judiciales.
Salvo nuevos retrasos, Francisco Javier Delgado, María García, Samuel Benítez y el propio Miguel Carcaño serán enjuiciados, aproximadamente, 31 meses después de la desaparición y asesinato de la joven sevillana, cuyo cuerpo no ha sido localizado pese a que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado destinaron a este fin el mayor despliegue de la historia de España en un caso de esta índole.
Los juicios que llegan en la actualidad a la Sección Séptima están siendo fijados para julio. Al tratarse de un caso de gran relevancia pública y mediática y complicado, dado que uno de los implicados ya ha sido juzgado por la jurisdicción de Menores –Javier G. M., conocido como «El Cuco», condenado a dos años y once meses en un centro cerrado y a un mes más de libertad vigilada, aunque el pasado jueves quedó libre a la espera de que su sentencia sea firme– así como la duración estimada del proceso –nunca menos de un mes de sesiones–, la vista oral no se celebrará hasta después del parón de agosto, al término del verano. La Fiscalía ha pedido la declaración de 35 testigos, entre ellos Javier G. M. y los padres de la víctima, y de 19 policías que participaron en la investigación.
La Sección Primera, una vez finalizada la fase intermedia –en la que las acusaciones y los defensores presentaron de nuevo sus escritos de calificación–, remitió ayer las actuaciones a la secretaría de la Audiencia para proceder al sorteo. Las opciones eran la Sección Cuarta y la Séptima, en la que, finalmente, ha recaído el caso. Las mismas fuentes precisaron a Europa Press que será el próximo lunes cuando se conozca el magistrado ponente de la sentencia.
La Fiscalía ha solicitado 52 años de prisión para Miguel Carcaño por los presuntos delitos de asesinato, dos delitos de agresión sexual y otro contra la integridad moral. La acusación particular solicita cinco meses más. La defensa de Carcaño, tras las múltiples versiones del acusado, atribuye a su cliente un presunto delito de homicidio imprudente y niega que Carcaño violara a Marta del Castillo. Esto es, tres años de cárcel.
El hermano de Carcaño, Francisco Javier Delgado, se enfrenta a una petición del Ministerio Público de ocho años de cárcel, mientras la familia de Marta exige diez años por encubrimiento, profanación del cadáver y amenazas al menor, entre otros delitos. Samuel Benítez y María García cuentan con los cargos de encubrimiento y dos por un delito contra la integridad moral, lo que supondría una pena máxima de cinco años.
La causa vuelve a Javier González
El magistrado presidente de la Sección Séptima, Javier González, fue quien rechazó que la causa fuese enjuiciada por un jurado popular. Como únicamente se limitó a rechazar el procedimiento, de entrada, no hay ningún motivo para que impida que presida el juicio, ya que no se pronunció sobre las cuestiones previas de las defensas, lo que evita que se le recuse por estar contaminado. Se trata de la misma Sección que se ocupó de la recusación de la juez Mercedes Alaya en el «caso Mercasevilla» o la que enjuició el «caso Farruquito».
Ni en caliente ni en frío, por Silvio
Rabazo de vaca a mosca, el del político que elude un debate incómodo con el argumento de que «no conviene legislar en caliente». Siendo la mosca el ciudadano victimado. Marta lleva muerta y desaparecida casi 30 meses, y «El Cuco» ya está en casita, amparado por la benévola Ley de Menores. ¿Seguimos «en caliente» o se va a poner Su Señoría manos a la obra para evitar que el próximo episodio tenga idéntico (y doloroso) desenlace, señor ministro del Interior (bueno, como usía manda, simplemente Alfredo)? Va a volver a ocurrir y tendremos que volver a padecer el chuleo del criminal libre a los cuatro días. También sufriremos su cinismo porque, de nuevo, habrá que evitar la reacción «en caliente». Y ni siquiera tiene alma usted para cogerle al teléfono al padre. ¿Versión de Quevedo? «Ande yo caliente y jódase el contribuyente».
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