Bruselas
El Gobierno ratifica la validez de su política
MADRID- El Gobierno siguió ayer su estrategia de eludir el cuerpo a cuerpo con los líderes sindicales, pero sin ceder un milímetro en la defensa de la oportunidad y de la necesidad de su política, de sus ajustes y de su plan de reformas. A media mañana, con los primeros datos del seguimiento de la huelga aún calientes, el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, compareció en el Congreso de los Diputados para hacer una primera valoración de la huelga general y, sobre todo, para subrayar el mensaje de que el Gobierno no va a dar un paso atrás en su política.
De Guindos lo dijo claro y alto, en clave doméstica, pero también, y quizás sobre todo, para Bruselas, para las instituciones comunitarias y para Alemania. «Éste es el único camino posible», dijo el ministro sobre la política del Gobierno.
En un tono moderado, reivindicó el derecho a la huelga, a la manifestación y también al trabajo. Y se mostró, asimismo, comprensivo con el malestar y con el enfado de los ciudadanos con los «sacrificios» que está exigiendo una crisis «larga, que lleva más de cinco años con nosotros». «Somos conscientes de las dificultades de la sociedad española, pero las medidas adoptadas por el Gobierno son las únicas posibles» para superar la recesión, reducir las cifras del paro y garantizar el futuro del Estado del Bienestar.
El ministro también destacó que, dentro del respeto a todos los manifestantes, la huelga general no es el camino para reducir la incertidumbre y recuperar la confianza y el crédito internacional. En la anterior huelga general de esta Legislatura, el Gobierno delegó completamente en la directora general de Política Interior, Cristina Díaz, las valoraciones públicas de la convocatoria.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acudió al Congreso a votar los Presupuestos Generales del Estado para 2013, pero no quiso hacer declaraciones al respecto. El Ejecutivo ha manejado el segundo pulso sindical de su mandato con una estrategia de perfil bajo para no «calentar innecesariamente» los ánimos ni dar pie al argumentario de la izquierda. Y ayer optó por mantenerse fiel a esa estrategia.
Por otra parte, De Guindos confirmó que el Gobierno sigue comprometido con la política de reducción del déficit, y también con la bajada de impuestos. Hoy es «extremadamente difícil hacer proyecciones económicas sobre el año 2014, entre ellas la de confirmar si se retirará en ese ejercicio la subida del IRPF», indicó. Añadió que el Gobierno tiene un «compromiso total» con el cumplimiento de los objetivos de déficit, porque es «ineludible» reducir la necesidad de financiación del sector público español «en un momento de mercados complicados». Y los dos objetivos, cumplir con el déficit y la bajada de impuestos, «se tienen que hacer compatibles de algún modo, lógicamente, a través de la recuperación». Por último, advirtió de que es muy difícil que la economía española consiga superar una crisis como ésta mientras se mantengan las incertidumbres sobre el futuro del euro.
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