Damasco
El caleidoscopio sirio por Kyle Shideler
Desde que la cosa evolucionara de las manifestaciones al hilo de la Primavera Árabe de unos cuantos municipios sirios a lo que ahora es, en palabras de Bachar al Asad, «un verdadero estado de guerra desde todos los ángulos», el conflicto sirio ha atraído a casi todos los interesados de Oriente Próximo, conduciendo a una situación agitada y confusa en la que cada parte tiene múltiples intereses.
De hecho, nos sería más útil hablar de los múltiples «conflictos» que se están registrando en Siria y que van a tener consecuencias para toda la región. El primero y más evidente es el que se da entre los rebeldes y el régimen de Asad. En conjunto, la posición de los rebeldes sirios ha mejorado sustancialmente. El catedrático del Instituto de Estudios Bélicos Joseph Holliday sugiere que la oposición siria está alcanzando el extremo en el que controla más territorio que el régimen, y ha reducido la capacidad de maniobra de las fuerzas de Asad fuera del territorio urbano de Damasco y Homs, entre otros municipios importantes.
El responsable militar de las fuerzas sirias Riad Al Asaad afirmaba en una reciente entrevista que la moral en el Ejército anda baja y que, en particular, la elitista Cuarta División, la guardia pretoriana siria encabezada por Maher Asad, pariente de Bachar. A causa de los vertiginosos cambios que están teniendo lugar en el seno de Siria, el Ejército considera ya irrelevante el plan de crear una zona de contención a lo largo de la frontera turco-siria destinada a proteger a los refugiados.
Otro conflicto potencial cada vez más extendido es el que se da entre Turquía y el régimen sirio tras derribar un caza turco en algún punto de la frontera siria. Funcionarios sirios y espías estadounidenses han sugerido que el aparato turco se encontraba probablemente dentro de territorio sirio cuando fue alcanzado, extremo que los turcos han negado con vehemencia sosteniendo que el aparato fue abatido sobre aguas internacionales. En represalia, los turcos han reforzado sus posiciones a lo largo de la frontera, incluyendo abrir fuego contra aparatos sirios sobre suelo sirio. La Prensa británica ha informado de que las Fuerzas Aéreas sirias podrían haber recibido el apoyo de técnicos rusos a la hora de abatir el aparato turco. Según las crónicas, el derribo del aparato se concibió como «advertencia» a la OTAN en contra de la intervención.
Esto apunta a otro conflicto abierto, el de Rusia contra Estados Unidos. El oso ruso sigue adoptando medidas encaminadas a mantener en lucha a su cliente sirio. Las informaciones de efectivos rusos entrando en Siria vienen apareciendo a ritmo constante desde marzo, mientras el departamento de Estado de EE UU se queja sin ningún resultado del flujo de armamento ruso que entra en Siria. Washington considera que distanciar a Rusia de Siria puede ser la clave para solucionar la crisis. Esto se ha traducido en esfuerzos repetidos para alumbrar acuerdos conjuntos. Esta iniciativa más reciente fue puntualmente rechazada por la oposición siria, dado que se reduce a proteger la cooperación rusa al extremo de no pedir a Asad que abandone el poder a pesar de los llamamientos a crear un gobierno «de transición». Va siendo hora de que Estados Unidos reconozca que sus intereses en Siria son diametralmente opuestos a los rusos, y que no se puede esperar de forma realista que Rusia vaya a actuar como socio a la hora de crear una Siria sin Asad.
Luego está la lucha por el alma de la oposición siria. Como informaba «The New Republic», el Ejército de Liberación Siria, encabezado por antiguos militares sirios, está inquieto por la creciente presencia de elementos yihadistas dentro de Siria, asunto que condujo a la ejecución del «Emir de Homs» Walid al-Boustani, un yihadista de origen libanés con vínculos con Al Qaeda.
Kyle Shideler
Analista militar y politólogo de la Universidad de Boston
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