Roma

«Que España no renuncie al catolicismo»

El Papa abandonó ayer Madrid «contento y agradecido» tras haber asistido a esa «gran fiesta de fe» que ha sido la Jornada Mundial de la Juventud. Despedido con honores de Jefe de Estado, Benedicto XVI se alejaba a las 19:20 en una aeronave de Iberia del pabellón de Estado, con destino a Roma.

Los Reyes despidieron ayer a Benedicto XVI en el aeropuerto de Barajas
Los Reyes despidieron ayer a Benedicto XVI en el aeropuerto de Barajaslarazon

Ni el calor, ni el cansancio quebraron el entusiasmo de los peregrinos que se concentraban desde las doce de la mañana y le gritaban: «¡Benedicto, vuelve pronto!» o «¡Gracias, Santo Padre, te queremos!». Media hora antes ya entonaban la sevillana del adiós o el «Que viva el Papa» especialmente para él.

Los Reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, acompañaron al Santo Padre hasta la escalerilla del avión. En el corto trayecto, Benedicto XVI conversaba pausadamente con la Reina, mientras los peregrinos le pedían «¡que salude, que salude! Doña Sofía le advirtió del reclamo que le hacían los peregrinos y el Papa se paró y saludó a lo lejos, muy sonriente, y los congregados en el aeropuerto le correspondieron con una calurosa ovación.

Durante el discurso de despedida, Don Juan Carlos agradeció al Pontífice estos cuatro días de «alegrías y vivencias» para la multitud de jóvenes que han, llenado Madrid, sus palabras de «amor y esperanza, de aliento y confianza» para una juventud «depositaria de sentimientos y valores como el compañerismo, la amistad y la solidaridad». Y destacó que el futuro solo será mejor «si situamos los intereses generales por encima de los egoísmos particulares».

Benedicto XVI ponía fin a su tercer viaje a España en sus seis años de Pontificado, tras pasar en Madrid cuatro días que se llevará «hondamente grabados» en su corazón y aseguró que se ha sentido muy bien durante su estancia». «España es una gran nación, sabe y puede progresar sin renunciar a su alma profundamente religiosa y católica», dijo.

Además, destacó que los «jóvenes responden con diligencia cuando se les propone con sinceridad y verdad el encuentro con Jesucristo» y les instó a «no desanimarse ante las contrariedades que, de diversos modos, se presentan en algunos países».

Para Benedicto XVI, estos días han servido para comprobar también cómo «la gracia de Cristo derrumba los muros y franquea las fronteras que el pecado levante entre los pueblos y las generaciones». También agradeció a los jóvenes «por haber venido a esta Jornada, por su participación alegre y entusiasta». Además, aseguró que tiene muy presentes a los españoles en sus oraciones y que reza especialmente por los matrimonios y las familias.

Las caras de los pequeños guardias suizos reflejaban tristeza ante el adiós del Papa. El Cardenal Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela se acercó hasta ellos para animarlos y también para saludar a los peregrinos que agitaban con fuerza las banderas del Vaticano y la de España cuando la aeronave inició su recorrido por la pista del aeropuerto. Desde la ventanilla del avión, se intuían numerosas manos que decían adiós.