Actualidad
Bernardino León: «No podemos quedarnos pasivos viendo cómo Siria va hacia una guerra civil»
Bernardino León (Málaga, 1964) es, desde julio, el piloto al frente de la respuesta europea a los países sacudidos por la Primavera Árabe. En este primer aniversario de la caída de Ben Ali, el diplomático y asesor más influyente del último Gobierno de Zapatero opina en una entrevista con LA RAZÓN que el país clave que «puede marcar la dinámica en la región» es Túnez.
–¿Se ha convertido el optimismo de la Primavera Árabe en un «invierno islamista» más pesimista?
–La llamada Primavera Árabe no llevaba automáticamente un cambio político, que hay que construir. Más aún, no llevaba un cambio social, que no puede hacerse en años, ni siquiera en una década. La crisis de Siria ha trasladado una imagen de que estamos en un otoño o incluso en un invierno árabe. Estoy totalmente en desacuerdo. Si pensamos en las transiciones en otros países, incluido el nuestro, es difícil encontrar ejemplos con una combinación de rapidez y eficacia como la que hemos visto en Túnez, Egipto o Marruecos, con procesos electorales sin grandes incidentes. Y en Libia, con un Gobierno que quiere tener elecciones en seis meses. Hay que ser positivos.
–¿Será más difícil hablar con las fuerzas islamistas?
–Antes sólo se hablaba con una persona: Ben Ali, Gadafi o Mubarak. Tenemos que entender que las relaciones con estas sociedades serán de igual a igual, más complejas, porque la pluralidad es más compleja que el monolitismo. Por eso tenemos que trabajar mucho y desde el primer momento. Y con Túnez lo hemos hecho ya, con una agenda muy compleja, porque los desafíos que afronta el país son muy profundos.
–¿Cómo responderá la UE si se da cierta regresión con estos islamistas que han prometido cambios?
–En Túnez, los islamistas están en el poder y han optado por incorporar a dos partidos laicos en la coalición de gobierno. No sólo han declarado que van a respetar el estatuto de la mujer, el más avanzado del mundo árabe, sino que también se incorporará a la Constitución.
–El gran éxito de los salafistas en Egipto, con casi un 25%, junto con el inmovilismo militar, ¿puede hacer descarrilar el proceso en el país más grande de la región?
–Es un resultado sorprendentemente alto, la parte más compleja del escenario que tenemos, y que deja un panorama más incierto. Tenemos que dialogar con los salafistas para buscar una forma de ayudarles a integrarse en el sistema político de manera más activa, y en la medida de lo posible que haya una evolución. Respecto a los militares, tras la experiencia de Naser, Sadat y Mubarak, han entendido que Egipto debe ser gobernado de otra manera. Yo creo que son sinceros. Los pasos que dan cada día van en la dirección de que entregarán el poder a los civiles.
–¿Cuál es el escenario más probable para Siria?, ¿prevé una intervención internacional como en Libia o el país caerá en una guerra civil?
–Creo que el régimen seguirá con su lucha por mantenerse, por lo que el conflicto seguirá aumentando. Pero ya ha perdido todas las oportunidades para dar la vuelta a la situación. La comunidad internacional tiene que formar parte de la solución. Conocemos las limitaciones para una intervención similar a la de Libia, por ser un país dividido, sin homogeneidad social. Pero tampoco cabe observar pasivamente cómo la situación se deteriora hasta llegar a una guerra civil. La gran esperanza es que los países árabes están muy decididos a solucionar el conflicto, como hemos visto con el envío de observadores.
✕
Accede a tu cuenta para comentar