100 días ajustando cuentas

Barcelona- Este jueves se cumplen los primeros 100 días del Govern de CiU. La mayoría de ellos han estado marcados por los tijeretazos, por la necesidad de devolver cuanto antes el equilibrio a las finanzas de la administración. La situación, asegura CiU, es tan dramática que Oriol Pujol llegó a decir que la Generalitat apenas podía hacer frente a las nóminas.

EVITAR «LA RUINA»
No es extraño que los antiguos socios del tripartito se sientan ultrajados por el «catastrofismo» con que el Govern ha descrito la situación financiera. «Nos íbamos a la ruina», llegó a decir en el Parlament el presidente de la Generalitat, Artur Mas. El Govern piensa acometer un recorte del Presupuesto del 10 por ciento, aunque ni con esas está claro que logre cumplir el objetivo de dejar el déficit de 2011 en -1,3 por ciento. El control de los números rojos es, hasta el momento, el gran pulso que la Generalitat está librando con el Gobierno.

«LOS MEJORES»
Sin lugar a dudas, uno de los aspectos que más comentados y criticados por la oposición ha sido el eslogan utilizado por el ejecutivo catalán para sí mismo: «el gobierno de los mejores». Las ironías derivadas del lema no han sido pocas, más aún cuando trascendió que el Govern de CiU nombró a varios familiares para diferentes puestos de confianza, poniendo en entredicho la excelencia convergente. El caso más sonado fue el nombramiento de Oriol Puig, hermano de Felip Puig como jefe meteorológico de la Generalitat. Pero no ha sido el único. El conseller Recoder ha colocado en cargos de responsabilidad a tres familiares de dirigentes de CiU. Se trata de Assumpta Farran, directora general de Calidad Ambiental y esposa del diputado Pere Macias. Meritxell Lluís, asesora en materia de relaciones con las entidades locales, es esposa del diputado Josep Rull. También ha sido nombrada recientemente directora de comunicación del Puerto de Barcelona, Núria Burguera, cónyuge del presidente de Ferrocarriles de la Generalitat, Enric Ticó.

SIN LEGISLAR
De las primeras 14 reuniones del gobierno catalán sorprende el escaso impulso legislativo. El único proyecto que ha salido adelante es el que autoriza a la Generalitat a endeudarse por valor de 2.613 millones de euros mientras dure la prórroga presupuestaria. Del resto de actuaciones destacan tres: la reducción de la estructura de la Generalitat, la suspensión de convocatorias para crear plazas de funcionarios y la puesta en marcha de un plan de actualización estadística para tener argumentos de cara a la reivindicación del pacto fiscal.

LOS DESTACADOS
Del Govern de CiU quien más destaca es Mas y no sólo porque ocupa el vértice de la jerarquía como president, sino porque tiene bajo su mando las ayudas a los medios de comunicación, las relaciones exteriores del Ejecutivo catalán, la política deportiva e incluso las encuestas oficiales. Hay pocos consellers que le hayan robado protagonismo a Mas. Si acaso, el conseller de Interior, Felip Puig, que inició su gestión tratando de ponerse en el bolsillo a los Mossos d'Esquadra. Sin aplicar medidas de urgencia ni mano dura, el conseller consiguió el beneplácito de los Mossos derogando el polémico Código de Ética de los Mossos de Saura y anunciando cual sheriff: «Se ha acabado la impunidad de los grupos antisistema».
Otro que ha sobresalido es el titular de Salut, Boi Ruiz, por los ajustes sanitarios. Se trata de un asunto con difícil solución, ya que el sector arrastra un déficit de más de 800 millones de euros. Falta por ver si Ruiz se enfrentará, como su antecesora Marina Geli, a huelgas de médicos.
El conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, ha sido otro de los protagonistas en estos primeros 100 días de Govern. La gravísima situación financiera le ha otorgado un papel importante, incluyendo los recientes rifirrafes con el Gobierno, por los recortes que debe aplicar la Generalitat.

GEOMETRÍA VARIABLE
El Govern de CiU aprovechó sus primeros pasos para escenificar el cambio y derogar medidas polémicas del tripartito como la prohibición de circular a más de 80 kilómetros por hora en el entorno metropolitano. «Hay un auténtico desmantelamiento de servicios públicos, incumpliendo las propias leyes en una actitud de revancha», decía ayer el presidente de ERC, Joan Puigcercós. El Govern de CiU asegura que «quiere ser ayudado» y tiene el objetivo de establecer alianzas con prácticamente toda la oposición, pero, hasta ahora, sólo ha habido cierta aproximación con el PSC. El PP aplaude la austeridad, pero exige medidas para la recuperación.