Bruselas

La sesión de «oposición» a Rajoy

La sesión de «oposición» a Rajoy
La sesión de «oposición» a Rajoylarazon

SEVILLa-El tradicional turno de preguntas de los jueves de Pleno al presidente andaluz se ha convertido en una moción quincenal al Gobierno del PP. La configuración del nuevo Parlamento deja pocas opciones para la contienda real, que ayer se limitó a los poco más de veinte minutos de debate entre el portavoz parlamentario del PP-A, Carlos Rojas, que ha cogido con buen pulso el relevo de Arenas en la Cámara, y el jefe del Ejecutivo autonómico. Antes, Griñán se sometió primero a la munición de fogueo que apenas puede dirigir el portavoz de IU, José Antonio Castro, sometido a las directrices del bipartito; y después al masaje dialéctico del portavoz socialista, Mario Jiménez.

La ofensiva contra el Gobierno del PP, por parte del PSOE y de IU, es la banda sonora con la que principia esta legislatura y todo apunta que durará mientras dure la legislatura. Tanto Griñán como Castro y Jiménez basaron el núcleo de sus intervenciones en una dura crítica a las medidas tomadas por el Ejecutivo central. El nombre de Rajoy fue el más repetido, más incluso de lo que eran los de Francisco Camps y Esperanza Aguirre antes de las elecciones de noviembre. El portavoz de IU se puso de pie en el extremo exterior de su escaño para verle la cara al presidente –alegó y así se lo permitió la Presidencia de la Cámara–, en mitad de las dos bancadas, y en tono eucarístico comenzó su discurso recordando los 7.000 millones de recorte en sanidad por parte del Gobierno central, los 3.000 en educación o los 1.500 millones en inversiones no ejecutadas. Después salieron al paso, y se repitieron, en boca de Griñán, o de los portavoces del PSOE y de IU, la reforma laboral, el incumplimiento del peso poblacional de Andalucía en el reparto de inversiones, el aumento del horario lectivo a profesores, la extensión de la jornada laboral a 37 horas y media o el copago.

El presidente andaluz reconoció abiertamente en la última de sus intervenciones que hace «oposición» al Gobierno de España para evitar que les metan «gato por liebre». «¿Está de acuerdo con que se pague por los medicamentos?, ¿con que el Gobierno excluya a 30.000 dependientes?». Griñán acabó la rueda de preguntas de este tenor que dirigió al portavoz popular invitándolo a que «si es conservador y de derechas», se muestre «orgulloso. «Ustedes tienen la vergüenza de defender lo que hace su gobierno». Aplausos en los escaños socialistas y caras contrariadas en el medio centenar de diputados populares. Arenas, por cierto, se ausentó, igual que la parlamentaria de IU Marina Segura que votó junto a Sánchez Gordillo contra la convalidación del plan de ajuste de la Junta.

«Quítese los guantes, bájese del ring y póngase el mono de faena para solucionar los problemas de Andalucía», le aconsejó Rojas, que criticó la falta de reformas en la Junta. Una de las prioritarias, a decir del dirigente popular, es la de un «monstruo administrativo que en época de vacas flacas no hay forma de alimentar». «Da la sensación de que está gestionando un poder, y no un gobierno», apostilló. También endosó Rojas a Zapatero –otro de los ausentes más aludidos, pero en el Congreso– algunos de los males actuales como la herencia de una deuda de 90.000 millones de euros que ha acabado pulverizando el umbral de déficit comprometido con Bruselas.

La confrontación con Madrid está servida y Griñán no la esconde. La consejera de Educación, Mar Moreno, anunció el miércoles que los servicios jurídicos de su departamento ya están preparando un recurso de inconstitucionalidad contra el Decreto Ley de ajuste en el gasto educativo. Ayer el presidente andaluz dejó claro que la vía de los recursos la llevará «hasta donde sea necesario» para evitar que el Gobierno vulnere la Constitución o invada competencias autonómicas.

La situación no es nueva. La Junta ya recurrió todos los Presupuestos de la era Aznar y a los pocos meses de llegar Zapatero a la Moncloa los retiró todos. El ex presidente Chaves llegó a reconocer, en septiembre de 2004, que detrás de los contenciosos había, más que una motivación jurídica, una «motivación política». La cita está en las hemerotecas, igual que los 31 recursos de inconstitucionalidad y conflictos de competencias interpuestos por la Administración autonómica contra el Gobierno central entre 2000 y 2004, la legislatura de mayor litigiosidad. Vuelven los años de plomo de la confrontación.

 

IU marca líneas rojas para los Presupuestos
Menos de 24 horas después de que el Grupo Parlamentario de Izquierda Unida –a excepción de dos de los doce diputados– diera su voto a favor del plan de ajuste que conllevará una bajada de sueldo a los empleados públicos que llega al diez por ciento en el caso de los interinos, el portavoz parlamentario de IU, José Antonio Castro, aseguró que su grupo no va a permitir «ni ajustes ni recortes». Izquierda Unida ha marcado la línea roja de que no va a aceptar más ajustes de este calado, que éste es el primero y el último. Los Presupuestos de 2013 son la prueba de fuego. Y a ellos se refirió Castro para decir que tienen que salirse del «corsé suicida» de los recortes.